Con el arranque de las clases, muchos son los alumnos que vuelven a la rutina después del verano. Después de numerosos días de inactividad, hay quien arranca el curso escolar con muchas ganas de trabajar y con ánimo, bien sea por el gusto por aprender, por el reencuentro con los compañeros o por la ilusión de saber qué le deparará el nuevo curso; pero también hay muchos a los que les cuesta retomar el ritmo, algo normal después de tanto tiempo disfrutando de las vacaciones.

Por ello es primordial adquirir hábitos de trabajos en los primeras jornadas porque pasados unos días costará menos ponerse a realizar las tareas y a estudiar. Para alcanzar el éxito se recomienda comenzar con un ritmo de trabajo fuerte para conseguir adaptarse lo mejor posible y elaborar un plan de trabajo diario (y seguir, no vale solo con buenas intenciones) para que sea más llevadero y fácil sacar buenas notas y estar orgulloso al final del curso, allá por el mes de junio.