www.huescalamagia.es

www.aragon.es

www.elperiodicodearagon.com

Ahora que ya estamos en primavera y con las vacaciones de Semana Santa llamando a la puerta, en El Periódico del Estudiante nos hacemos eco de un importante acontecimiento que va a tener lugar este 2018 en Aragón; el centenario del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Si vas a pasar estos días por la zona, no dejes de visitar este impresionante lugar que cuenta con la máxima protección que se otorga en España a un espacio natural.

El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido es el segundo lugar más visitado de Aragón, por detrás del Pilar. Más de 600.000 turistas acuden durante el año a descubrir esta maravilla natural, que sobrecoge y hace sentir la magia de la naturaleza en pleno corazón del Pirineo aragonés.

Este 2018 es muy especial para el parque, ya que se cumplen 100 años desde que lo declararon Parque Nacional, el 16 de agosto de 1918. Así quedaba asegurada la conservación de 2.066 hectáreas llenas de vida. En 1982, se añadió el Cañón de Añisclo, la garganta del Yaga, el circo de Pineta (que seguro que te suena si has estado de campamentos por esa zona) y el macizo de Monte Perdido. De ahí su actual nombre de Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, con un total de 15.608 hectáreas de superficie. Y como colofón, en 1977 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

España es uno de los países pioneros en Europa en la apuesta por la protección de la naturaleza. Fue en 1916 cuando se aprobó en nuestro país la primera ley del mundo de Parques Nacionales, que marcó todo un hito. La idea de crear unos espacios especialmente protegidos denominados parques nacionales procedía de Estados Unidos, donde ya en 1872 se había firmado un decreto para la creación del Parque Nacional de Yellowstone. En Europa, había también algunos ejemplos en Suiza, Suecia y Rusia.

Hubo que esperar a 1918 a que se concediera esta figura de prestigio a la Montaña de Covadonga —actualmente Parque Nacional de los Picos de Europa— y al valle de Ordesa —hoy Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Actualmente hay en nuestro país 14 parques nacionales, distribuidos por toda la geografía, desde los Picos de Europa a Doñana, pasando por los parques nacionales de Canarias o el del archipiélago de Cabrera en Baleares.

La primera Ley de Parques Nacionales establecía, a través de sus tres únicos artículos, un sistema de conservación de los espacios naturales, planteado como una garantía para su disfrute por las generaciones actuales y venideras. Y a lo largo de estos cien años, la gestión de nuestros parques nacionales ha aunado la preservación del medio natural y la llegada de los visitantes, impulsando el desarrollo del territorio en los que se asientan junto a la mejora de las condiciones de vida de la población que los habita.

Rutas para todas las edades

Para celebrar el centenario del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido se están preparando multitud de actos que se darán a conocer en los próximos meses. De momento, una buena forma de introducirse en este tesoro de Aragón es visitar algunos de sus centros de interpretación y realizar rutas y excursiones por los distintos valles que conforman el Parque Nacional, casi todas aptas a partir de los 7 u 8 años.

En el valle de Ordesa, la más clásica es la excursión a la Cola de Caballo, una espectacular cascada a la que se accede tras tres horas de caminata. Otra posibilidad es recorrer la ruta circular para conocer las cascadas del Estrecho, Arripas y La Cueva. Aunque si lo tuyo no es andar por la montaña, existe un camino adaptado de 1,2 kilómetros que sigue el cauce del río Arazas hasta el circo de Cotatuero, donde hay una amplia zona de descanso.

En el valle de Pineta, lo más recomendable es la excursión de los Llanos de La Larri, que cruza el río Cinca y los barrancos de la Bispeta y Montaspro, hasta los Llanos, desde donde se puede contemplar una espectacular vista del Monte Perdido, el macizo calcáreo más alto de Europa, con 3.355 metros.

En el valle de Añisclo, existe una ruta para conocer la ermita de San Úrbez que discurre por un desfiladero hasta un vertiginoso puente a unos 40 metros de altura sobre el río Bellos. Finalmente, los miradores de Revilla son uno de los principales atractivos del valle de Escuaín, una sencilla excursión para disfrutar de unas maravillosas vistas.