La despoblación en Teruel provincia

(Pablo Samper Robres. 2º BTO IES Francés de Aranda, Teruel)

Qué pena, ¿verdad?, qué pena llegar a tu pueblo y ver cómo se está muriendo. A muchas personas este tema nos quita el sueño, pero por lo que he visto hasta ahora, no se lo quita a quien se lo tiene que quitar.

Teruel es una provincia con una belleza extraordinaria, unos municipios espectaculares y unos parajes con los que cualquiera podría soñar. Nos dicen que la provincia de Teruel se está muriendo, pero no es verdad, a la provincia de Teruel la están matando; no se puede pretender que un joven se quede en un pueblo si económicamente le es más beneficioso vivir en una ciudad, si no tiene un lugar en el que trabajar, si tampoco tiene ventajas a la hora de crear su propio negocio o incluso seguir con el negocio familiar.

Hay que fomentar que la gente venga a los pueblos, pero sobre todo hay que fomentar que los que ya están no se vayan.

El sector principal en la provincia es el primario, con la agricultura, la ganadería y la extracción de recursos naturales como podría ser la madera. No dejemos que un agricultor se jubile sin nadie que le tome el relevo o que un pequeño aserradero cierre porque no tenga ninguna ayuda para poder vivir de ello.

Tenemos que hacer algo y tiene que ser ya, porque algún día, la gente que mantiene estos pueblos se cansará de ver que va a llegar el momento en que ellos no estén y toda la provincia se quede prácticamente desierta.

Siempre lo mismo

(Yousra Mekrar. 1º BTO, IES Félix de Azara)

Podría defender el feminismo, o gritar que los negros también son personas, pero hoy voy a hablar por los que no tienen voz.Llevamos siglos llevando a cabo las mismas tradiciones de siempre, sin pensarlo, inculcándolas a nuestros hijos, estando orgullosos de ellas. Y, sin embargo, tradición no es siempre sinónimo de algo bueno.

Me acuerdo cuando era pequeña; en fiestas, encendía el televisor y, cómo no, las aburridas corridas de toros matutinas: un toro, un torero y un público expectante, atento a cómo van a torturar a un animal cosificado. Bullicios, gritos de unos y de otros, algunos movimientos del torturador, sangre que brota de las puntas clavadas de las banderillas... Nada nuevo.

Lo peor es que ya todos sabemos que no hay que torturar a animales, que es inhumano. Pero enseguida volvemos a nuestras vidas apresuradas y nos olvidamos completamente de que ahí fuera, en las plazas de toros, se están asesinando seres inocentes con nuestro dinero. Es cultura, es arte, no es asesinato, dicen por ahí. Y vuelve a aparecer todas las mañanas otro toro ensangrentado, un señor alabado como héroe y la multitud aplaudiendo.

¿No estáis cansados de ver siempre lo mismo?