25 chicos y chicas pasaron el pasado miércoles 11 de octubre una jornada diferente a la habitual. Este grupo de jóvenes alargó un poco su arranque de las vacaciones escolares para vivir un día especial. Fueron partícipes del taller sobre Prevención de Riesgos y Primeros Auxilios en Industrias Químicas del Ebro (IQE), la empresa en la que trabajan sus padres, y disfrutaron de una mañana en la que jugaron, se divirtieron, conocieron a muchas personas y, sobre todo, aprendieron de forma segura; todo ello el colaboración con la CEOE Aragón.

Por sus características y los compuestos químicos, plantas y maquinaria especializada que posee, la empresa situada en Malpica está cerrada a la visita de los más pequeños, pero con la supervisión de personal cualificado y siempre por zonas seguras, los chavales pudieron comprobar de primera mano cómo trabajan sus padres.

La jornada arrancó temprano, a las 9.00 horas, cuando los 25 chicos y chicas de entre 9 y 16 años fueron ataviados con los elementos de seguridad requeridos para sentirse como verdaderos trabajadores. Así, se pusieron cascos, gafas de seguridad y petos fosforescentes. Después pasaron al aula, donde les explicaron cómo realizar correctamente los primeros auxilios básicos, como la reanimación cardiopulmonar o la maniobra de Heimlich.

Después de reponer fuerzas, los jóvenes pudieron comprobar por sí mismos cómo se pierden concentración, reflejos y capacidad sensorial cuando se ha ingerido demasiado alcohol. Se pusieron unas gafas especiales que simulan una borrachera y el profesor les tiraba una pelota con y sin las gafas. El objetivo principal era que los niños se concienciaran bien pronto de la importancia de no mezclar el alcohol al volante.

Después de visitar las instalaciones junto al Jefe de Emergencias de IQE, el grupo se detuvo en una de las numerosas duchas de emergencia. Enrique Bobed les explicó que «están siempre situadas en zonas muy próximas a las descargas de productos químicos y en las zonas con más riesgo». No en vano, prosiguió, «no hay que escatimar en seguridad, es nuestra prioridad. Ponemos a disposición todo los necesario para garantizar tanto la de los trabajadores como la de las instalaciones porque tenemos compuestos químicos potencialmente peligrosos y corrosivos como sosa caústica, ácido sulfúrico o ácido clorhídrico, entre otros».

Para finalizar, Bobed les enseñó a utilizar un extintor de forma correcta y, con su ayuda, los jóvenes pudieron utilizarlos y apagar un pequeño fuego controlado. De este modo, los chicos y chicas se sintieron como sus padres por una jornada en la que aprendieron mucho. «Cuanto antes aprendan, mucho mejor, porque nunca se sabe cuándo será necesario ponerlos en práctica», sentenció.