Te vi,

vi tus alas,

vi que eran de oro,

vi que un brillo diamantino tenían.

Vi esas alas,

que sin pensarlo corté,

pero vi a alguien,

alguien que no conocía,

estábais de la mano,

vi que reconstruyó tus alas,

esas alas que yo rompí,

las había mejorado.

Ahora es tarde,

perdonas mi error,

pero no vas a olvidar,

que yo sin pensarlo,

rompí tus alas.