Son cinco actores pero interpretan a 24 personajes «extremos» que conforman esta «reflexión sobre la codicia» tan actual en la época en la que vivimos, según explicó ayer Fran Perea, que mañana y pasado (20.30) protagoniza en el Teatro Principal La estupidez. El actor presentó la obra junto a Saúl Esclarín, director general de Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza; y a parte de la cuota aragonesa de la producción, Arantxa Ezquerro, encargada del Diseño de vestuario; y David Angulo, de la música original y espacio sonoro. La dirección técnica corre a cargo de Alejandro Gallo.

Se trata de una «comedia» que reflexiona sobre «por qué somos tan estúpidos y por qué estamos creando un mundo tan estúpido», y que está firmada por el dramaturgo Rafael Spregelburg; y aquí producida por Feelgood teatro y dirigida por Fernando Soto. La pieza está ambientada en las Vegas, donde un grupo de personas intenta hacerse rica de una forma más o menos estúpida. Además de Perea, comforman el reparto Toni Acosta, Ainoha Santamaría y Alfonso Mendiguchía. Todos los personajes son igual de importantes, «es imposible que ninguno desaparezca», afirmó Perea, quién sí reconoció que dos llevan un poco más de peso, Wilcox, un oficial de policía, que interpreta el actor malagueño, e Ivi (Santamaría, que es finalista a los Max por esta obra), que encarna a «una chica con silla de ruedas». Otros son un marchante (Márquez) de arte que tiene que vender un cuadro antes de que se descomponga; Berta, una taquillera (Acosta) o un japonés (Mendiguchía) que está interesado en comprar ese cuadro, que convierten la obra en un «falso vodevil».

VESTUARIO Y MÚSICA / La estupidez dura tres horas y en cada función hay alrededor de 20 cambios de ropa, lo que hace que se convierta en un «reto», explicó la aragonesa Arantxa Ezquerro, ya que la caracterización es total y cada personaje lleva «mucho atrezzo». Esto hace que el «camerino esté integrado en la escenografía», ya que se convierte en una habitación de un motel, que cambia con la luz y la proyección de un cuadro.

Para Fran Perea, la música y el vestuario son «un personaje más de la obra». Para la directora de vestuario, se trata de una «obra muy valiente, una propuesta arriesgada para la que no querían convencionalismos». Y, personalmente, Las Vegas en los años 70 es un bombón como trabajo. El músico David Angulo también hizo hincapié en los dos aspectos, así como que la función es un «derroche de virtuosismo actoral pero al mismo tiempo no complicado de ver», puesto que en ocasiones, suceden . Y destacó que a la hora de crar la música mezcló «guitarras muy burras con cosas más sutiles»; así como una versión de Don’t, de Elvis. Tanto Angulo como Perea incidieron en la canción Carola’s hot hit, que «debería pincharse en todas las fiestas del verano», dijo Perea; mientras que el aragonés, señaló que «fue una inspiración total».

FIN DE GIRA / Zaragoza, el Teatro Principal, supone es el fin de gira de La estupidez, que ha pasado por 25 ciudades, en 68 representaciones con unos 34.000 espectadores, con gran éxito de público y crítica. En este tiempo no ha habido grandes variaciones, salvo un cambio de actor, ya que Alfonso Mendiguchía sustituyó a Jean Coll. Han sido muchas funciones, y con ellas, también ha habido alguna anécdota, como en León, que «se rompió un foco en directo» y, aunque no tienen permitido la improvisación, ahí sí que pudieron. O dos días antes del estreno, que «tuvimos una crisis» ya que había una escena (tiene lugar en dos escenarios) que «no nos salía».