Lo dice el tópico, lo importante es participar. Cierto, por más que a la historia, grande o pequeña, apenas pasen los vencedores, y se queden sin traza algunas consideraciones que tienen que ver, precisamente, con estar presente en los concursos.

Resulta importante el premio a la mejor tapa que se ha llevado Nerea Bescós en el recientemente finalizado Salón de Gourmets, pero no menos significativa, porque antes caerá en el olvido, ha sido la presencia aragonesa en la final del 15 Premio Internacional de Cocina con Aceite de oliva extra virgen Jaén, Paraíso Interior, uno de los mejor dotados de España.

Pues de los doce finalistas, nada menos que tres eran aragoneses, el 25%. La citada Nerea, Manolito Barranco, y Franchesko Vera. Tres cocineros bastante jóvenes que, además, ejemplifican tres modalidades diferentes de entender el negocio gastronómico. Pues Nerea se integra en un joven y dinámico negocio comandado por Toño Rodríguez, que acumula ya caterin y restaurante en Biescas, con una insultante habilidad a la hora de plasmar novedosas propuestas. Manolito, por su parte, se integra en otro grupo con restaurantes como Lillas Pastia, La Granada o el Quema donde oficia. Y finalmente, cual tenaz llanero solitario, Franchesko, desde su zaragozano Gamberro.

Una buena muestra de excelentes cocineros aragoneses, conocedores de su tierra y competitivos en el mejor sentido de la palabra. Pues han sido capaces, probablemente gracias a su conocimiento del cada día mejor aceite aragonés, de plantar una pica en Jaén, patria del olivar.

Aunque no con tanto poderío, cada vez más nuestros cocineros llegan a diferentes finales, mostrando las excelencias de una gastronomía que, desgraciadamente, todavía supone una mínima parte de la que se practica por esos lares. Lo que explica que nuestras carencias no son por falta de profesionalidad. En fin, quedémonos con las buenas nuevas y trabajemos porque ese 25% se dé en otros ámbitos de la actualidad aragonesa. ¡Ojalá!