ACADÉMICOS DE SAN LUIS

LUGAR Palacio de Montemuzo

FECHA Hasta el 29 de enero del 2012

HORARIO Laborables, de 10.00 a 14.00 y de 17.00 y de 21.00 horas. Festivos, de 10.00 a 14.00 horas

La Academia de San Luis nació en el siglo XVIII, tras la estela de la pionera madrileña de San Fernando. Desde entonces, se ha dedicado a promulgar actividades relacionadas con la pintura, la escultura, la arquitectura y el grabado. Ese era su objetivo cuando nació y también lo es ahora. Fruto de esa práctica de las Bellas Artes ha nacido la exposición Académicos de San Luis, en la que algunos de sus miembros muestran sus trabajo de los últimos años. En cuanto a las disciplinas, podemos encontrar, escultura, fotografía, pintura, dibujo y grabado; y las temáticas, diversas, retratos, bodegones, paisajes... todo cabe en un académico, en cuanto a etapas, desde finales de los 70 hasta hoy.

Unos pocos trazos le sirven a Pascual Blanco para mostrar una figura humana en En respuesta a una joven, a la que presenta con unas líneas claras, desnuda, en negro y rojo. También la figura es protagonista en Jota de Calanda, que muestra a dos joteros, sin rostros, porque joteros somos todos. Mª Ángeles Cañada --hija de Alejandro Cañada-- pinta a una joven en vaqueros... está difuminada, no se le reconoce mientras espera junto a un gato que pase la vida. Mari Cruz Sarvisé titula su pintura Paz, con dos mujeres como protagonistas, cuyos rostros transmiten fuerza, tristeza ante una vida de color dominado por los azules y los violetas. Mucho más inquietante es Muñeca, de José Ignacio Baqué, da miedo y no invita a jugar con ella. Los azules también los quiere Mercedes Gómez-Pablos, cuya obra refleja, como su título, La soledad de la joven que mira por la ventana aislada del mundo.

Los paisajes también aparecen en las obras de Beulas, con su uso inteligente del color y su trazo intenso; o en Fernando Alvira y su Somontano de Barbastro.

Jorge Gay es mucho más minimalista en Biblos III, una obra sobre carbón en el que aparece un caballo con un hombre de cabeza encima; Rafael Navarro, sin embargo, apuesta por la impresión digital en A destiempo n° 3.; y José Laborda, en Ciudades recientes, por un collage de ciudades, fragmentos de edificios algunos reconocibles, como las pajaritas de Huesca.

No sabemos lo que mira la mujer de Junto al hogar, de Esperanza Altuzarra, pero sus manos expresan, al igual que su cara, dolor; como tampoco sabemos por qué está triste Mi hijo Agustín, de Agustín Alegre, pero compartimos su desazón.

La escultura está presente con el Cristo resucitado, de Jorge Albareda; y el Descanso, de Manuel Arcón, dos realismos diferentes; uno se conoce, el otro se aprecia. Los Recuerdos de Santiago Gimeno tienen forma de aviones; mientras que para Fernando García Grúas, Septiembre es la hora de vestirse.