¿Y si la novela fuera una alegoría sexual? El respetado crítico literario inglés William Empson llegó a decir que "hay cosas en Alicia que pondrían los pelos de punta a Freud". Lo cierto es que el clásico se ha colocado muy especialmente en el ojo de mira de los psiconalistas, que empiezan por ver un símbolo sexual en la entrada de Alicia por la madriguera del conejo y luego siguen adelante con las referencias a la comida y a las sucesivas alteraciones del tamaño de la niña. Suele decirse que aunque Carroll quiso retratarse en el Dodo en realidad él era Alicia intentando responder a la pregunta de la oruga: "¿Quién eres tú?". Para Morton N. Cohen, el libro encierra para Carroll "una forma de comprender sus impulsos".