La sala Pedro IV de la Aljafería de Zaragoza acogió ayer la presentación de la exposición Carmen Calvo en la colección del IVAM. El acto estuvo presidido por Violeta Barba, presidenta de las Cortes de Aragón y Teresa Millet, conservadora del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) y comisaria de la exposición. La muestra, que es parte de un programa de cooperación entre el IVAM y las Cortes de Aragón, cuenta con un total de 11 obras realizadas por la artista entre 1977 y 2005, que presentan diferentes técnicas de composición artística que representan sifnificativamente los rasgos más característicos de su estilo.

«Carmen Calvo es una artista transgresora y atrevida que ha sido capaz de articular todo un universo creativo lleno de crítica social y feminismo» dijo Barba durante el acto de presentación y añadió que «el surrealismo y el barroquismo presentados en su obra da a la muestra que hoy tenemos aquí una rotundidad de carácter innegable».

Carmen Calvo, nacida en Valencia en 1950, recibió el Premio Nacional de Artes Plásticas en 2013. Su estilo se caracteriza por la mezcla de elementos dispares, mezclando eclécticamente pintura, fotografía y barro con otros elementos de una manufactura más compleja como el pan de oro o pequeñas piezas geométricas montadas sobre alambres.

Los 11 cuadros presentes en la exposición fueron seleccionados de una muestra de 28 obras firmadas por Calvo que el IVAM guarda en sus archivos. Todos ellos fueron elegidos por ser especialmente representativos de lo múltiples estilos que la artista ha manifestado a lo largo de su larga carrera, desde sus inicios, donde la artista se centró en los experimentos artísticos con el barro cocido en oposición a la pintura y el dibujo normativo, hasta sus trabajos más recientes, donde Calvo se decantó por la composición de obras a partir de recortes y elementos hallados en lugares abandonados. De este modo se pueden encontrar cuadros compuestos por recortes de pinturas al óleo con pequeñas incrustaciones de piezas geométricas de zinc colocadas sobre alambres para generar un relieve que proyecta una pequeña sombra sobre el lienzo, hasta collages de recortes de libros y periódicos encontrados en casas abandonadas con dibujos y grabados por encima. Merece mención especial el uso que la artista da al pan de oro, recubriendo sus cuadros en un claro intento de recuperación de la tradición barroca valenciana, así como el uso que la artista da al barro cocido, presente en la mayoría de los trabajos de su primera etapa.

EGIPTO Y MESOPOTAMIA/ Teresa Millet, conservadora del IVAM y comisaria de la exposición, habló sobre la obra de Calvo descifrando su estilo: «En sus orígenes, Carmen Calvo comenzó a realizar arte con barro como gesto de oposición a la pintura, la disciplina académica que por aquel entonces imperaba junto con el dibujo» explicó Millet. «Los descubrimientos de las colecciones egipcias y mesopotámicas almacenadas en el museo del Louvre en París, donde Carmen paso largas temporadas influyeron en su afán coleccionista» aclaró la comisaria de la exposición.

La muestra permanecerá en la sala Pedro IV hasta el próximo tres de septiembre y podrá disfrutarse dentro del recorrido expositivo habitual.