--En un verano de muy poquitos conciertos, ahora regresan a Pirineos Sur, ¿será especial?

--Juan Aguirre: Este año no estábamos de gira propiamente dicha y elegimos tocar en nueve festivales. El por qué de esto es porque por primera vez queríamos tocar en directo las cosas que estábamos experimentando en el estudio antes de que estuviesen grabadas en el disco. Nos parecía interesante estar una temporada encerrados en el estudio, que es un trabajo bastante de capturar energía, encontrar caminos, probar instrumentos que nunca hemos utilizado e inmediatamente llevar eso al directo con la posibilidad de improvisar y de que cada noche sea diferente.

--¿Qué les aporta llevar esas canciones del estudio al directo inmediatamente?

--J. A: Es una especie de escisión mental porque por un lado estás con cosas nuevas en el estudio y luego cuando se acerca el concierto te tienes que plantear hacer una actuación larga, enérgica y eléctrica. Entonces recuperas canciones de discos anteriores pero que adoptan sin querer una nueva forma. Es un trabajo doble pero bastante gratificante por el hecho de que ningún concierto es igual que el anterior. Y sobre todo porque nunca hemos sido un grupo que mirase hacia las cosas que ya habíamos hecho. Siempre estamos pensando en qué cosas no hemos probado, por qué caminos no hemos transitado y el hecho de estar en el estudio, que es un trabajo un poco distinto, combinado con el directo es interesante.

--¿Cómo va a sonar este nuevo disco?

--J. A: Quizá estamos demasiado dentro para poder verlo. Básicamente, tenemos un sonido que se puede reconocer, sobre todo por la voz de Eva y porque trabajamos de una forma determinada las guitarras, pero sí que estamos probando instrumentos nuevos que nunca habíamos utilizado. Y creo que cualquiera que escuche nuestros discos piensa que a pesar de que se nos pueda reconocer, nunca hemos hecho dos veces el mismo disco.

--Hace unos meses publicaron Ratonera, una canción que levantó mucho revuelo sobre todo por el videoclip, ¿cómo se tomaron todo aquello?

--Eva Amaral: Nos sorprendió el impacto que tuvo entre la gente, el debate que generó lo que contaba la canción y el vídeo. La verdad es que nos quedamos muy a gusto porque era una canción que necesitábamos escribir en ese momento, la necesidad de expresar esa sensación de impotencia que teníamos y gracias a que ya hemos soltado eso, estamos más animados para seguir hablando de otro tipo de cosas que nos rodean.

--¿Pretendían implicarse en el debate social?

--E. A: No pretendíamos implicarnos en ningún tipo de debate, ya hay muchos tertulianos para eso. Solo estábamos sacando algo que sentíamos, pensábamos y que necesitamos expresar. Queríamos reflejar una realidad que está ahí, esa sensación de separación entre lo que es el pueblo y los poderes que lo gobiernan y el vídeo contaba como toda esa gente que se supone tienen que solucionar los problemas no lo hace porque no los sufren.

--Solo han publicado seis discos en su larga carrera, ¿es una prueba de que miman mucho cada trabajo?

---J. A: Creo que es una prueba de que no hemos parado mucho. Desde que ya empezábamos en Zaragoza a tocar ya en la época de los bares pequeños, siempre hemos sido un grupo que, a veces, sin pretenderlo, hemos tocado mucho. Y muchas veces, cuando más viajas y más lugares recorres probablemente más ideas tienes para canciones nuevas pero luego necesitas poner orden en todo ese caos. Pensamos que seis discos son muy pocos. Empezamos a tocar muy pequeños y nos queda mucho por aprender. Siempre pensamos que una canción es lo más parecido a una pequeña película en formato corto y nunca hemos querido contar dos veces la misma película.

--Tocan mucho porque les encanta la música...

--J. A: Y viajar también. Tocar es un regalo del cielo, es una sensación muy potente, muy difícil de verbalizar porque hay una energía que de pronto hace que todo tenga sentido pero también nos gusta mucho viajar. Siempre nos hemos considerado un grupo bastante nómada de espíritu. Ya lo éramos cuanto tocábamos en los bares en Zaragoza.

--¿Qué pueden contar del concierto que van a dar en Pirineos Sur?

--J. A: Los conciertos de casa son siempre muy especiales porque hay mucha gente que nos ha visto empezar y creo que sentimos una responsabilidad especial para hacer un concierto enérgico y potente pero tampoco queremos vender la piel del oso. Tocaremos como si fuera la primera vez que salimos al escenario. Luego muchas de las cosas que suenen allí igual lo hacen por primera vez en directo y, además, tocaremos seguramente tres canciones nuevas grabadas y que ya están bastante terminadas, además de un montón de canciones de las grabadas. Será un concierto largo y enérgico.

--Pirineos Sur está dedicado este año a la mujer. ¿Es una prueba de que queda todavía mucho que hacer por la igualdad en la música?

--J. A: Parece que en el mundo occidental hay causas que están superadas pero si rascas un poco en nuestra conciencia colectiva te das cuenta que quedan cosas por hacer, sobre todo, el respeto a minoría, a la población que no es la dominante. Nosotros siempre hemos trabajado en un plano de igualdad. Es cierto que como hombre muchas veces la gente piensa que la parte musical o técnica me corresponde a mí en el grupo cuando muchas veces toco músicas con la guitarra o toco cosas que se le han ocurrido a Eva y nosotros no nos planteamos a quién se le han ocurrido. La mejor manera de defender una causa en el mundo real es con el movimiento, con tu manera de comportarte y nosotros siempre hemos hecho todo intercambiándonos los papeles sin pensar mucho a quién se le ha ocurrido qué.