--En marzo se cumplen dos años desde que asumiera la dirección, ¿qué balance hace de este tiempo?

--Han sido dos años de un intenso trabajo pero muy ilusionantes. Estoy muy contenta y me siento muy privilegiada de poder dirigir una institución como la Biblioteca Nacional de España. Para mí es un regalo. Es una biblioteca que conserva todo lo que en España se ha producido desde hace más de 300 años, con lo cual la riqueza de las colecciones es producto de nuestra propia Historia y dirigirla es todo un reto. Hemos tenido que hacer un esfuerzo de gestión importante para adaptarnos a una situación presupuestaria difícil. Pero se ha hecho y este año, por ejemplo, lo hemos terminado, a pesar del descenso presupuestario, con unos indicadores muy buenos tanto de utilización de los servicios presenciales, nos han subido los carnés, los lectores, los préstamos en la sala... Para nosotros, eso es importante porque tenemos que mantener todavía un biblioteca híbrida entre una digital y una presencial.

--Pero la biblioteca es mucho más...

--También hemos ampliado la programación cultural, dentro de una de las líneas que hemos emprendido con mucha fuerza, que es la de abrir la biblioteca a la sociedad, demostrar el valor que tiene para la cultura española y, por lo tanto, a través de actividades de diverso tipo como exposiciones, conferencias, muchos talleres para niños, actividades para familias, o un proyecto pedagógico adaptado al diseño curricular de los colegios. Cada vez vienen más personas, en el 2014 han pasado más de 300.000 personas por estas actividades. Estoy contenta pero soy consciente de que todavía queda mucho por hacer. Tengo la sensación de que hemos empezado a andar pero todavía queda mucho camino.

--¿Cómo pervive una institución tan antigua ante el reto de la digitalización?

--Estamos en un momento de reflexión muy importante que parte de cómo nos tenemos que adaptar. Desde luego, es una institución que, por sus características, debe seguir prestando un servicio presencial, pero mantenerlo, que es minoritario respecto a lo que es el digital, es un esfuerzo tremendo de gastos corrientes. El reto pasa por digitalizar nuestras propias colecciones. En el 2014, de la Bibilioteca Digital Hispánica se descargaron casi cinco millones de ejemplares, lo que significa que es como si hubiera habido cinco millones de préstamos de todo el mundo en las salas de investigaciones. Y también estamos avanzando para que la BNE tenga la obligatoriedad de preservar los contenidos de internet, de la web española. Pero repito, no es fácil porque los recursos son escasos y hay que priorizar los objetivos.

--¿Debe acercarse más a la sociedad la Biblioteca Nacional de España?

--Esa percepción de que está alejada, que es difícil acceder, que es una institución solo para investigadores... es la que estamos intentando romper. Somos muy conscientes de que si no educamos a nuestros niños y jóvenes en el uso de instituciones como las bibliotecas, si no somos capaces de explicarles dónde están las fuentes de nuestra Historia, de nuestro conocimiento, dónde está todo lo que nuestro país ha ido produciendo durante tantos años, y solamente acceden a los contenidos a través de google, estamos formando a una generación de nativos digitales que tienen acceso a muchísima cantidad de información pero, en muchos casos, de dudosa calidad. Entonces, hemos iniciado, ya desde hace años, una apertura al máximo de la institución que pasa por desarrollar una actividad cultural pero de calidad, que llame a fomentar la curiosidad intelectual de las personas, fundamentalmente, exposiciones con nuestras colecciones y todo tipo de actividades culturales como encuentros, conferencias, mesas de debate, simposios, y otra línea con niños y jóvenes, que es importantísima fomentar. Tenemos un programa pedagógico adaptado al diseño curricular de las enseñanzas medias que nos lo financia la Fundación Repsol con el cual pretendemos que los niños con sus profesores vengan y hagan actividades relacionadas con los valores de superación y mejora del ser humano en relación con nuestras colecciones.

--Habla de la Fundación Repsol. Precisamente, una de las cosas de la que se beneficiará con la nueva ley que está ya en el Senado es en la captación de recursos propios.

--Tenemos que intentar aumentar los ingresos. Tenemos que conseguir mecenazgos pero yo creo que lo que son los servicios esenciales, el mantenimiento básico de la institución lo tenemos que garantizar con presupuesto público. Luego lo que nos pueda venir de más, bienvenido sea, pero es una institución de suficiente valor como para que el Estado garantice su sostenibilidad.

--¿Descarta el peligro de la privatización con la entrada de financiación externa?

--Soy absolutamente contraria a las privatizaciones. De hecho, uno de los problemas que ahora tenemos es la externalización de una parte de los servicios, tanto en las salas de investigadores como en la realización de procesos internos, en la catalogación de los libros y de otros materiales de la biblioteca. Es un modelo que se ha seguido desde finales de los años 90 y que va a costar mucho cambiarlo. Yo lo estoy intentando porque soy una firme defensora del empleo público y de que los procesos internos básicos y esenciales inherentes a la misión de la institución igual que los servicios, se deben prestar y garantizar con empleados públicos. No se puede externalizar porque a la larga lo único que produce, además de un gasto mayor, es una pérdida constante de conocimiento de una institución destinada a preservar precisamente el conocimiento.

--¿Qué retos se plantea para este 2015?

--Tenemos un año cuajado de proyectos, lleno de iniciativas con muchas ganas. La institución tiene dos grandes ventajas, que es lo que nos hace salir a flote a pesar de las dificultades. Primero, una plantilla comprometida y un personal estupendo muy profesional que trabaja muy bien. Y luego unas colecciones excelentes con lo cual somos conscientes de que tenemos que sacarlas y darlas a conocer.

--¿Qué exposiciones se podrán ver?

--Entre otras, vamos a conmemorar los 500 años de Teresa de Jesús, que será la gran exposición que se va a inaugurar en marzo. Esperemos que sea un año en el que seamos capaces de demostrar el valor de la biblioteca y que sea lo suficientemente atractiva como para que vengan cada vez más personas.