Otro western en las salas comerciales. Volverá a hablarse del renacimiento del género, pero el cine del oeste no existe como práctica normalizada, y la realización de películas de este género se debe a caprichos personales de actores convertidos en directores (Clint Eastwood, Kevin Costner y ahora Ed Harris) o bien en productores (Brad Pitt estaba detrás de El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford). Al que más se parece Appaloosa es al tercero realizado por Costner, Open range. Ambos son dos westerns de marcado acento primitivo (en los gestos, las vestimentas, los utensilios, la iluminación, el ruido de las armas al crepitar), que intentan recuperar la pureza perdida del género. Ed Harris, cuya anterior película como director resultó bien distinta a esta, compone un personaje esforzadamente inexpresivo cuya andadura es simple y clara: llega a una ciudad con su compañero de armas (Viggo Mortensen) y promete proteger a sus habitantes a cambio de un buen sueldo, una habitación, una estrella de latón y la condición de que él dictará todas las leyes y los otros las acatarán. Estamos ante un western terroso y polvoriento, muy físico, en el que sobran las palabras. QUIM CASAS