Maldita sea mi suerte, uno de sus mayores éxitos, salió del tirón: «Habíamos quedado Mauricio (Aznar) y yo en un bar para bajar al local y él estaba escribiendo en un papel con una base musical que debíamos tener y, en un momento, bajamos y ya estaba la canción acabada». El que habla es el saxofonista Mariano Ballesteros, uno de los cuatro miembros de Más birras, cuyo legado acaban de reeditar Universal («es la primera vez que nos hace caso una multinacional», bromea Ballesteros) e Interferencias. Bajo el nombre precisamente de Maldita sea mi suerte (Discografía completa 1985-1993). Un disco que incluye los cuatro trabajos publicados del grupo (Al este del Moncayo, Otra ronda, La última traición y Tierra quemada) así como alguna cara B y algún descarte junto a una versión alternativa de Voces de tango.

MUCHO CARIÑO

«Es una satisfacción que después de 30 años desde que se grabó el primer disco vuelvan a sacar toda la obra completa. Esto quiere decir que algo bien habremos hecho porque si la gente te sigue recordando y se habla de los Más birras con cariño.... pero nada más que eso porque sin Mauricio, Más Birras no tiene viabilidad por ningún lado», explica Mariano Ballesteros que reconoce al mismo tiempo que no suele escuchar mucho las canciones del grupo: «Las canciones claro que las recuerdo pero no las he solido oír porque una vez que grabas un disco y después de trabajarlo tanto... pero, ¿sabes? Últimamente las he escuchado más. Hace tres años hice un concierto con el grupo tributo, me ofrecieron tocar y me volví a aprender las canciones porque hay un montón de canciones que a mí me gustaban mucho pero otras las recuerdo menos».

Y es que de «tardes en el local y conciertos que eran una fiesta auténtica en Zaragoza», Más birras pasó a grabar discos y a hacerse un nombre. «Fue una etapa muy feliz. Estábamos todo el día en el bar con los cervezas, con los conciertos y todo empezó a ir hacia arriba, nos lo pasamos muy bien», rememora el componente del grupo que coloca esta recopilación como un buen ejemplo de la evolución de Más birras: Hicimos muchas barrabasadas como toda juventud... Pero hubo una evolución. En los primeros discos se habla mucho de cervezas y fiestas pero los últimos que son mucho más introspectivos sobre todo por Mauricio, que era el líder de la banda y el que marcaba las líneas de las letras. Si alguien sigue la trayectoria de los cuatro discos, se ve la madurez del grupo».

Algo que, como recuerda el propio músico, bebía de una actitud: «Antes no bajábamos a ensayar, quedábamos todas las tardes en el local a merendar, a beber cervezas y de ahí surgían canciones, ideas… era un trabajo que surgía de la amistad y de verte todos los días. Era una costumbre diaria, un hábito. Acabábamos y nos íbamos al Paradis hasta que el cuerpo aguantaba, y así todos los días».

El grupo duró ocho años, de 1985 a 1993, momento en el que se disolvió «ahogado por la crisis que vivía el país», según relata Mariano Ballesteros: «No había el trabajo suficiente para poder dedicarte a esto y empezamos cada uno a hacer otras cosas. De hecho, seguimos manteniendo relación y yo colaboré con Mauricio en las milongas pero se acabó porque no había trabajo. Si hubiera habido actuaciones hubiéramos seguido…», defiende el músico que recuerda también el interés de Aznar por el folclore latinoamericano: «La primera vez que escuchó una canción argentina fue en mi casa, empezó a meterse en ese estilo y al poco... Mauricio tenía un defecto y era que se metía en una cosa y profundizaba hasta el fondo».

Aún así, quien sabe qué hubiera sucedido si «no hubiera pasado la desgracia de Mauricio», asegura Mariano Ballesteros: «Tuvimos esa mala suerte pero muchos grupos de entonces volvieron más tarde y aún continúan», dice antes de concluir: «Más birras igual tiene ahora más éxito de crítica que cuando empezamos, ahora nos trata mucho mejor y eso que no nos podemos quejar de los críticos de aquí».