A mediados del mes de mayo, cuando Vicente Aranda accedió a la visita de periodistas al set de rodaje de Tirante el Blanco , en las afueras de Madrid, afirmó que todo iba sobre ruedas, que llevaban seis semanas y la película se estaba cociendo bien, a su ritmo. El productor ejecutivo, Enrique Viciano, de Carolina Films, aseguró entonces haber dado carta blanca al director, incluso en su petición de filmar en el extranjero, y que la complicidad entre los dos era total.

Ahora se sabe que un mes después de aquellas cordiales palabras se produjo una ruptura brusca que provocó la completa interrupción del rodaje cuando sólo quedaba una semana para su conclusión. "Estaba rodado el 90% de la película, pero faltaban escenas vitales para entender la trama", explica Aranda a este diario.

El cineasta respira hoy aliviado porque logró terminar de las escenas que faltaban, pero lo hizo cuesta arriba, casi clandestinamente, algunos fines de semana de septiembre, octubre y noviembre, y gracias, dice, a contar con la buena disposición del equipo técnico y de los actores, quienes durante la semana estaban comprometidos con otros proyectos.

Aranda se halla en el proceso de montaje cuando, inicialmente, Tirante el Blanco , la adaptación del clásico de Joanot Martorell, Tirant lo Blanc , debía haberse estrenado el 2 de diciembre. Ahora parece que Dea Planeta distribuirá la cinta en febrero del 2006, pero el director barcelonés, que el año próximo cumplirá 80 años, afirma no olvidar las angustias que ha tenido que sufrir.

EQUIPO DISPERSADO

La principal desavenencia entre Aranda y los productores radicó en el tiempo de rodaje, que en cine equivale a dinero. Al menos eso indica la versión de Aranda. "Ellos entendían que 12 semanas completas de rodaje eran 11, más los días de fiesta. Para mí, 12 son 12". Una semana extra implica, claro, dinero extra para pagar a los técnicos. El presupuesto inicial era de 13,6 millones de euros. El final, no se sabe.

"Me enviaron un correo electrónico y me dijeron que una semana más no era negociable. Y me dijeron también que ya tenía material suficiente. ´Con lo que tienes, seguro que te puedes arreglar para hacer una película de dos horas´, me dijeron los productores", revela Aranda, un director, cabe decir, que nunca le ha preocupado mostrar su cólera ante los productores.

Ante la llamada de EL PERIODICO, Enrique Viciano manifestó no querer polemizar con el director. El otro productor español de la película, Alvaro Zapata, de Dea Planeta, no respondió a los diferentes intentos por contactar con él.

Sí lo hizo Aranda, que recuerda el día que tuvo que apagar las cámaras. "El productor paró el rodaje en Figueras el 23 de junio, una semana antes de lo previsto. Nunca me había pasado algo igual". El equipo quedó dispersado. Cada actor se marchó a sus siguientes trabajos. Leonor Watling, Victoria Abril, Ingrid Rubio, Rafael Amargo, el inglés Casper Zafar, que es el intérprete del personaje Tirant.Según Aranda, quien peor lo pasó fue el director de fotografía José Luis Alcaine, "que empalmaba este rodaje con Volver, la nueva película de Almodóvar".

El caso es que quedaba en el aire toda la producción, que cuenta con inversión británica, francesa y española. Entre lo que faltaba, según Aranda, había una escena "muy importante" en la que se mostraba el accidente que sufre Tirant cuando se cae por un balcón y se rompe la pierna. Después, monta a caballo y se rompe la otra. "No podía editar la película sin esa toma porque al final aparece el protagonista con las dos piernas envenadas. El espectador no entendería nada sin ver el accidente. Y otras que si no salen se rompe la coherencia del filme".

Ya tuvo roces con los productores al rodar en Italia escenas que estaban previstas rodarse en Estambul. Pero acató. En septiembre, octubre y noviembre terminó el 10% que le faltaba en Huelva, Figueres y Barcelona, con algunos "sacrificios" en el guión. Solventará digitalmente la diferencia de luz entre verano y otoño.

"Lo único que te pueden tirar en cara los productores es que la película sea mala", dice a modo de recado. Y él asegura que no lo será. Al contrario. "Estoy contento con el resultado. Intuyo que será una gran película", afirma optimista.