Meses y meses han transcurrido desde que comenzó a tramarse el festival Asalto hasta que ayer comenzó de forma oficial. Durante todo este tiempo, los responsables de esta muestra internacional de arte urbano han estado empapándose de ideas e inspirándose con la imaginación de los vecinos del barrio Oliver, donde se van a hacer las intervenciones este año. Y es que, precisamente, la participación ciudadana va a ser uno de los ejes vertebradores de la nueva edición de Asalto.

En total, este año, más de una treintena de centros y entidades se han implicado o han colaborado con el festival y en algunos casos los frutos de ese trabajo, son ya visibles. Un ejemplo: ls usuarios del centro de mayores del barrio ya pueden disfrutar del mural colaborativo hecho por las dos artistas Nuria Bellver y Raquel Fanjul, que juntas conforman Cachete Jack. Su pintura, con el nombre de Solo sí es sí, quiere representar el amor entre personas diversas y el rechazo a las relaciones no consentidas y la violencia de género.

Según comentaron ayer de los organizadores, el objetivo de Asalto es «traer a Zaragoza arte público de calidad e implicar a la ciudadanía en una creación artística que transforme el espacio en el que viven». Teniendo cubierto este segundo aspecto, el festival contará también con la presencia de 16 grandes muralistas e ilustradores internacionales. Entre ellos resaltan firmas como Pouvelle, Jaune Art, Udatxo, Manolo Mesa y Kruella D´Enfer (y sono solo algunos de los participantes ) que juntos conforman un cartel que está «a primer nivel en el muno», según dijo ayer Fernando Rivarés, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza, que también recordó que Asalto está considerado como «una de las cinco mejores muestras del mundo de intervención artística».

El director del festival, Luis García, quiso también incidir en la variedad de estilos y tipos de representación que se juntan en Asalto. Artistas como Udatxo o Manolo Mesa plantean, por un lado, un estilo figurativo en el que el gran tamaño de sus obras y dibujos hace sobrecogerse a los viandantes. Por otra parte, otros como Digo Diego -que ya ha comenzado a trabajar en un solar del barrio- o D´Enfer utilizan la abstracción con un fin transformador del arte urbano. «Alguno de estos artistas salen de estudiar Bellas Artes y luego empiezan a pintar en la calle, pero en otros casos es gente que viene del grafiti y que después ha evolucionado», explicó García.

Con esta variedad, Asalto quiere conseguir que sus murales no se conviertan en un «catálogo» de dibujos similares, y así mostrar todas las posibilidades que lleva consigo el arte urbano.

La calle San Vicente Ferrer, la calle Pilar Aranda o la Vía Verde a su paso por Oliver son alguna de las 12 intervenciones que se harán en el barrio, a las que se suman las que ya se han hecho, como la fachada del colegio Fernando el Católico, o los murales instalados en las paradas del tranvía de Zaragoza.

MÁS ACTIVIDADES / Junto con el festival, ayer se dio comienzo a la conocida como Semana Asalto, que reunirá a los vecinos del barrio en torno a una serie de actividades encaminadas a que conozcan más de cerca a los artistas asaltantes de esta edición. Incluso también podrán participar en la elaboración de alguno de los murales, previa inscripción en la web del festival (www.festivalasalto.com).

Durante los días 14, 15 y 16, Asalto acogerá más de una veintena de talleres y visitas guiadas por las obras de esta edición. La sede de la muestra, este año, está instalada en el Parque Oliver, que se convierte así en el centro neurálgico y creativo del festival, creando un espacio en el que la música también será protagonista.

En definitiva, el barrio Oliver dio ayer el primer paso hacia una transformación artística que finalizará el próximo domingo 16 con una gran fiesta en el parque Oliver.