La Muestra de Cine de Ascaso cerró su sexta edición de forma exitosa y en con un gran ambiente festivo, al que colaboraron las más de 200 personas que se acercaron hasta esta aldea del Sobrarbe para disfrutar, el sábado, de la última jornada del festival .

Y es que a pesar de algunos imprevistos, como haber tenido que trasladar una de las sesiones al pabellón de Boltaña debido a la lluvia, han sido más de 100 las personas que cada día han participado en las actividades del que se denomina Festival de cine más pequeño del mundo.

El sábado fue, sin duda, el día grande. La jornada comenzó temprano, con los preparativos para la comida popular, y se puso el broche final con la proyección del documental Dancing Beethoven (2017), de la cineasta Arantxa Aguirre, que participó en todas las actividades de la jornada.

A las 12 de la mañana, los niños y niñas llenaron la borda para ver La vida de Calabacín. Mientras, en otra zona se cocinaba una magnífica paella. A las 15 horas, dos centenares de personas esperaban en la Era del Cine listos para comer. Al caer el sol, el grupo Ixera se subió al escenario para animar más si puede el ambiente festivo que se respiraba.

Justo antes de la proyección, sobre las 9 de la noche, llegó uno de los momentos más especiales del festival, al hacerse entrega del Premio Ascaso al Grupo de Mujeres del Sobrarbe, por su labor en la difusión del cine en las zonas rurales. La directora invitada de la jornada, Arantxa Aguirre, fue la encargada de entregar el premio, antes de presentar su documental.

FINAL DE PELÍCULA

Así, en una Era del Cine abarrotada, el público disfrutó dela proyección de Dancing Beethoven, que entusiasmó al público por su sensibilidad, su afinada narrativa y la belleza de sus mensajes. El filme se sumerge en la preparación y el estreno en Japón de la novena sinfonía de Beethoven por parte del prestigioso balle Maurice Bejàrt de Lausanne. La película de Aguirre traslada al público con emoción el significado grande y humanista que entraña esta pieza, junto con el poema de Shiller que pone letra a la sinfonía: «Todos los hombres son hermanos». Palabras con las que la organización del festival quiso poner fin a esta sexta edición.

Una edición en la que, a lo largo de cinco días, han podido verse seis largometrajes y doce cortometrajes, además de poder contemplar la exposición La gráfica revolucionaria, producida por las Jornadas de Cine Mudo de Uncastillo sobre carteles de cine de los albores de la Rusia revolucionaria. Esta muestra estuvo además acompañada, para celebrar el centenario de la Revolución Soviética, por la proyección del clásico El Acorazado Potemkin de Eisenstein, siendo la primera vez que se exhibía en Ascaso una película muda con música en directo, compuesta para la ocasión por el grupo de jazz Cromosoma 3. Fue esta, la del jueves, también una jornada especial que se vio secundada por un público que llenó la Era del Cine y que pudo participar después en un coloquio con los periodistas Juan Zabala (director de comunicación de TCM, canal que patrocinó la sesión) y Elio Castro (Ser y TCM).

Una edición que ha venido a consolidar una muestra cuyo objetivo es llamar la atención sobre el mundo rural a través de actividades culturales. Y a fe que lo consigue.