Autora de la excelente Peregrinos de la belleza que reunía con mucha sensibilidad semblanzas de viajeros, como Patrick Leigh Fermor, por Italia y Grecia, María Belmonte se dedica ahora a recorrer la costa vasca con el sustrato de su propia experiencia, ya que nació en Bilbao aunque actualmente viva en Cataluña accidentalmente. El recorrido, con una vocación intimista y más modesta, se convierte en el hilo conductor de pausadas reflexiones al ritmo de sus paseos a pie. Entrando por Bayona y Biarritz, siguiendo por los acantilados de Ondarribia, Jaizkivel, Deva y Zumaia, el viaje le sirve no solo para comprender lo que ve sino también para convocar un buen número de fantasmas de la historia que han dejado su huella en esas tierras o en la imaginación literaria de la escritora. El resultado es una celebración de la cultura, al estilo de los escritores románticos pero también un intento de impregnarse con la naturaleza considerada como un prodigio -a la manera que tenía MacFarlane, por cierto- y recordar con Thoreau que lo más próximo puede llegar a ser algo extraordinario.