La Plaza del Pilar se vistió ayer de unos colores muy poco convencionales, los colores de México, Perú, Chipre y Serbia, en el acto de inauguración del XXVI Encuentro Internacional Folclórico Ciudad de Zaragoza, que hasta el próximo domingo repartirá sus múltiples actividades entre los diferentes barrios de Zaragoza y el Auditorio.

Alrededor de las 11.20 horas de ayer jueves, los viandantes comenzaron a reunirse alrededor de la Calle Alfonso al ver a los jóvenes estudiantes de la Escuela Raíces de Aragón, que comenzaban a ocupar sus posiciones en la cabeza del desfile. En ese momento no sospechaban que detrás de ese grupo se encontrarían con unos bailarines folclóricos de una cultura muy alejada de la autóctona, los integrantes del grupo de danza Nicosia, venidos directamente de Chipre Norte. Con sus casacas azules para los integrantes masculinos, y amarillas para las femeninas, el conjunto chipriota siguió la estela de los jóvenes danzarines joteros con su rápido juego de pies al ritmo de música de evidentes raíces turcas, dejando claro a los asistentes que la muestra que allí se iba a ofrecer distaba mucho de ser meramente aragonesa.

Tras el grupo Nicosia, danzaba la Compañía Mexicana de Danza Folclórica, que reunía a ocho parejas ataviadas con los vestidos de baile tradicionales de México, los hombres con camisa blanca y chaleco azul marino ribeteado de naranja y sombrero mariachi; y las mujeres , vestidas cada una de un color diferente, ataviadas con extensas faldas repletas de volantes multicolores. Tras ellos, la banda ya comenzaba a interpretar la canción Jarabe Tapatio, haciendo que las bailarinas levantaran sus volantes ofreciendo un exótico espectáculo que incluso llegaba a marear por la cantidad de intensos colores en contínuo movimiento.

En tercer lugar se encontraba el grupo folclórico Qhaswa peruano, que en la antigua lengua amerindia quechua significa Fiesta y Danza que sorprendieron más si cabe que los anteriores grupos ataviados de naranja y azul con sus danzas acompañadas de pequeños gritos. En último lugar, cerrando la marcha, se encontraba el Ensemble Simyonov, considerado como uno de los mejores ballets melódicos del panorama serbio. Ataviados con sus trajes tradicionales, esta agrupación paseó a lo largo de la calle Alfonso saludando y mezclándose entre el gentío, reservándose su espectáculo para el acto posterior.

Ya en la plaza del Pilar, los cinco grupos pasearon tranquilamente flanqueados por los curiosos asistentes hasta la escalinata de la fuente Goya, donde el ayuntamiento de Zaragoza había organizado el acto de inauguración del encuentro con la presencia de su alcalde, Pedro Santisteve, y su consejero de economía, Hacienda y Cultura Fernando Rivares. «Una vez más Zaragoza se muestra a través de la cultura como un canal para el encuentro de los pueblos y la difusión de una cultura de paz» dijo Santisteve durante el acto de inauguración ante los grupos invitados.

Por su parte, Rivarés quiso hacer hincapié en la naturaleza multicultural que históricamente ha caracterizado a Zaragoza: «26 años después seguimos demostrando que Zaragoza es una ciudad de cruces, a la mayoría de nosotros nos enorgullece sabernos herederos de cuatro culturas diferentes», dijo el consejero, que también hizo un llamamiento a la conservación del folclore como elemento elemental de identificación patriótica: «El folclore nos indica de dónde venimos y de dónde nos gusta recordar que venimos, y de a dónde nos gusta seguir perteneciendo» .

Festival de colores

Tras las palabras de los dirigentes, cada grupo, en su orden de desfile, procedió a realizar un pequeño espectáculo que sirvió de adelanto a los que se podrá disfrutar el fin de semana durante las funciones del encuentro. Hoy viernes, la Sala Hipóstila del Auditorio acogerá a las 19.00 horas la actuación del grupo anfitrión Raíces de Aragón. Posteriormente, a las 20.15 horas, la Sala Mozart acogerá un espectáculo mucho más multitudinario al congregar al grupo peruano Qhaswa junto al grupo de danza folclórica Nicosia, así como diversas agrupaciones nacionales de tambor y dulzaina.

El sábado y el domingo, se sucederán varios talleres de baile, así como dos multitudinarios espectáculos que tendrán lugar en la Sala Mozart del Auditorio, y en los que se podrá disfrutar de todos los grupos invitados al completo.