Uno miraba un libro en la librería Central, cerca otro en la Fnac y, un poco más allá, la situación se repetía en Saco de huesos. De repente, un príncipe, el que cruzó allende los mares comenzaba su espectáculo de cuentacuentos en el escenario de la plaza Aragón. Como un resorte la atención de los viandantes se dirigió a ese punto adornado por los dibujos excepcionales sobre el Quijote que David Guirao ya estrenó el Día del libro. En apenas unos instantes, Roberto Malo (el encargado de contar el cuento) ya había acumulado hasta alrededor de 70 niños atentos a lo que contaba.

Al otro lado de las casetas, los libros seguían reclamando la atención de los visitantes que lo tenían claro: "Siempre vengo alguno de los dos fines de semana para comprarme algún libro", señalaba Mari Carmen, quien confesaba que había dejado a los niños en el cuentacuentos y así ella aprovechaba para mirar "libros de novela negra". En ese instante, estaba en la caseta de la Fnac donde Sergio del Molino firmaba libros. Otros autores no tenían tanta suerte. "La gente suele preguntar por las novedades", explicaba un librero a unos curiosos que, a pesar de mucho mirar, se iban de vacío de la feria.

Y es que el buen tiempo (incluso con una buena dosis de sol picante a lo largo de la mañana) provocó que los zaragozanos no dudaran en dar buen ambiente a la feria durante todo el día hasta última hora de la tarde aunque, "hasta el momento", están siendo "bastante tímidos a la hora de comprar". Al otro lado de la plaza Aragón, el visitante se puede encontrar con la única editorial de cómic presente en la cita, GP Ediciones, quien ha desembarcado con todo su catálogo de novedades.

Ajetreada mañana

El cuentacuentos acaba y los niños se revolucionaban correteando por las casetas. Se acababa la tranquilidad para los padres que, sin embargo, conseguían llamar la atención de algunos de sus hijos con los libros ilustrados de Apila Ediciones. La feria tiene oferta para todos los públicos. Cada día, la plaza Aragón es una buena muestra de ello. Hoy, continúa el baile de las letras. Hasta el domingo, no puede ser más fácil encontrar un libro a su medida.