Hazaña de Daniel Barenboim. El maestro ha inaugurado este fin de semana al frente de la Filarmónica de Viena el prestigioso Festival Primavera de Praga, asumiendo por primera vez en su legendaria carrera la emblemática 'Mi patria', obra del padre de la música checa Bedrich Smetana. Todo un acontecimiento ya que el maestro, que cumplirá 75 años en noviembre y que comparte las nacionalidades argentina, española, israelí y palestina, no se había atrevido hasta ahora a incorporar este título en su repertorio "por respeto" a la figura de su desaparecido amigo Rafael Kubelik, impulsor en 1946 de esta muestra internacional y uno de los referentes en la recreación de esta pieza.

Los seis poemas sinfónicos que recorren la historia, leyendas y paisajes del país natal del autor se programan cada año el 12 de mayo, coincidiendo con el aniversario de su muerte, acontecida en 1884. La presencia de Barenboim y el hecho de que la orquesta vienesa interpretara por primera vez en la ciudad esta impresionante inmersión musical en el alma checa han hecho que se hayan tenido que ofrecer dos sesiones. La función inaugural fue retransmitida en el parque de Kampa por medio de una gran pantalla, potenciando el ambiente propio de una ciudad que respira música por todos los poros y que alumbró carreras como las de Leoš Janáček y Antonín Dvořák, además de acoger a Mozart y el estreno de su ópera 'Don Giovanni'.

LA PREPARACIÓN DEL DIRECTOR

El público puesto en pie expresó su emoción, en algún caso con lágrimas en los ojos,aclamando al maestro y a la orquesta por la profundidad, riqueza de matices y colorido de una interpretación que tuvo momentos de magia, como el del pasaje dedicado al río Moldava, de aires wagnerianos, y el de la épica 'Sarka', cuando las amazonas irrumpen para matar a los hombres. Los autosuficientes músicos de la Filarmónica no han tenido más remedio que plegarse, esta vez, a la lectura que ha hecho de la obra alguien con la jerarquía de Barenboim, atento a esos mínimos detalles que marcan la diferencia.

La grabación de un documental sobre el proceso de preparación del director de la obra, con últimas imágenes grabadas del maestro en la casa de Smetana y frente a la tumba de Kubelik, completa este apasionante viaje por un mundo que ha dejado "conmovido" a Barenboim. "No existe ninguna obra que tenga esta explosión de sentimiento patriótico. Interpretarla aquí ha sido muy emocionante", manifestó en su camerino todavía exhausto por el esfuerzo realizado. Tanto le ha impactado que piensa proponerla para su reencuentro con la Sinfónica de Boston, en el 2018.

"El patriotismo que fluye de esta música -dice- exalta la admiración y el orgullo de pertenencia a un país. Con este sentimiento puedes dialogar con los demás, todo lo contrario que con el nacionalismo excluyente que domina hoy y que es muy malo". Se siente aliviado por los resultados de Francia, pero teme las legislativas. "El problema no está en el centro, sino en los radicales que ya no hacen distinciones de ideologías y propician que el voto circule de un lado a otro de esos extremos".

JORDI SAVALL, EN EL 2018

Krysztof Pendereckidirigirá a la Sinfónica de la Radio Checa el 2 de junio en la clausura de la 72ª edición de un festival que contará con destacados orquestas y artistas como Diana Damrau, Thomas Engelbrock, Maxim Vengerov, Alexander Lonquich y William Christie, pero Roman Belor, director de la muestra, ha dado un paso más creando la sección 'Con acento español', que el pasado año inauguró Javier Perianes y que este curso cuenta con la cantaoraRocío Márquez, gran renovadora del flamenco, además de las formaciones Universo Zapico, EntreQuatre y Música Antiqva.

La artista onubense ofrecerá, respaldada por la formación de jazz Proyecto Lorca, un recital que gira en torno a la reinterpretación de las obras del poeta granadino, muy admirado en Praga donde ya se traducían sus textos en los años 30. La incorporación de piezas de letristas como Christina Rosenvinge forma parte de su nuevo disco 'Firmamento'.

Belor ya ha anunciado para el 2018 la presencia de Jordi Savall con 'Jerusalem', como demostración de que su apertura a las músicas españolas o americanas no tiene límites.