LIBRO HUÉRFANO

Carmen Aliaga

Olifante

El mundo que dibujan los versos de Carmen Aliaga es duro como el diamante, pero también tiene su belleza y la capacidad de intensificar la luz que pasa a través de ellos. En esa linde complicada entre el zarpazo existencial y la plenitud de la vida transita este Libro huérfano que ha publicado Olifante en su colección Papeles de Trasmoz.

Hay en todo el poemario una tensión que se va intensificando entre la exaltación del vivir -y el sentir- y el dolor que ese mismo vivir conlleva. Tras un poema inicial que sirve como preámbulo, el libro se divide en tres partes que orbitan en torno a la maternidad, verdadero leitmotiv que la autora utiliza para plasmar sus tormentos y sus éxtasis. La primera de ellas, Gestación, es quizá la más optimista, aunque con el aire melancólico de la evocación de recuerdos pasados. En ella hay también hueco para imágenes elocuentes, marca de fábrica de la escritura tan personal de Carmen Aliaga, que expresan la saturación de los sentidos: «Palpar la consistencia / del aroma que vuela».

Alumbramiento es el título de la segunda parte, donde se hace más patente la indefensión de quien tiene inevitablemente que enfrentarse a un mundo que muchas veces hiere con su mero contacto. Con un uso del simbolismo religioso, la autora sabe plasmar bien esa sensación de desamparo y a la vez ansia ante la vida: «La Sensibilidad / coronando la frente / -la perla o las espinas- / (según se mire)».

Por último, Orfandad, la tercera parte del libro, ahonda en esa lucha que supone entregarse a la existencia, con unos poemas de nuevo cargados de imágenes arrebatadas y simbólicas.

Como conclusión, Carmen Aliaga emerge victoriosa frente a «la convulsa belleza de la Vida», como dice el último verso del poemario; un extraordinario punto final para un libro que también es bello, convulso y está lleno de vida, aunque a veces duela.