EL PASTEL DE LA BUENA SUERTE

AUTOR R. Malo y F. J. Mateos

EDITORIAL Delsan

PRECIO 14,50 u

Un reino sumido en una profunda crisis es el eje sobre el que rota el nuevo libro del del grupo de cuentacuentos Galeón. El pastel de la buena suerte es el último cuento escrito por Roberto Malo y Francisco Javier Mateos, componentes del grupo, e ilustrado por Ignacio Ochoa.

Este libro, el quinto de temática infantil que publican los autores, versa sobre el quebradero de cabeza que sufre un rey por ver que su pueblo se hunde en una crisis. Todo cambia cuando una bruja le vaticina que solamente un individuo muy afortunado lo evite. Para ello, Fortunato, un joven campesino iniciará un viaje por todos hasta el fin del mundo con el objetivo de conseguir un pastel que posee favorece la buena suerte.

"Es un cuento con mucho humor pero que también tiene mucha realidad", manifiesta Roberto Malo. Francisco Javier Mateos, sin embargo, no está de acuerdo porque considera que "es un libro talismán de la crisis, una especie de Nostradamus cutre". Esta afirmación que viene referida a una predicción cuando fue escrito: el descenso del Real Zaragoza a segunda, que se hizo realidad.

En lo que sí coinciden ambos autores es en agradecer a Ignacio Ochoa que decidiera ilustrar el libro. "Le pedimos por favor que lo ilustrará y accedió", desveló Malo. "Me leí el libro y me gustó. Les agradezco mucho que me eligieran a mí para ilustrarlo", dijo. Ochoa reconoce además que ha tenido "libertad total a la hora crear escenarios y personajes", y recalca: "He dibujado lo que me ha salido de las narices". Asimismo, asegura que los dibujos se caracterizan por "el estilo diésel-punk que le he querido dar". En lo que se refiere a la dificultad de diseñar los bocetos, Ochoa reconoce que "el que más me costó bocetar fue el rey", no obstante, "el resto de personajes no tardé mucho tiempo en crearlos". De la labor de los escritores de El pastel de la buena suerte admite que "los diálogos son muy irónicos".

En cuanto al proceso creativo del cuento, los tres padres del libro coinciden en que no fue especialmente dificultoso pese a llevarse a cabo a tres manos. "Nosotros le pasábamos los textos e Ignacio iba agregando cosas a los bocetos", señala Roberto Malo.

Los dos escritores de El pastel de la buena suerte apuntan que el cuento "tiene una base teatral, está basado para interpretarlo con música y otros elementos" propios de este género. Y añaden que el mensaje que han querido transmitir con esta obra es muy claro: "Por muy mal que esté la situación, lo último que hay que dejar de hacer es reírse".