Durante varias semanas, la tortilla de patata ha sido protagonista entre los aficionados zaragozanos. La Liga de la tortilla, que concluyó con su gran final el pasado lunes, ha determinado que dónde mejor la hacen en Zaragoza es en el bar Cabuchico --Monasterio Roncesvalles, 68. 976 591 794--, donde José Soro oficia a diario esta delicia así como otras especialidades, entre las que destacan sus chipirones a la plancha.

Cotidiano objeto de deseo, el pincho de tortilla divide a los españoles en los bandos casi irreconciliables, quienes la toman con cebolla o quienes prescinden de la misma. Pero tantas semanas entre tortillas nos han permitido descubrir otras singularidades; la más obvia, la textura de la misma. En Zaragoza abundan en exceso las tortillas compactas, casi mazacotes, que exigen ingesta de líquido para tragarlas. Productos más para llenar un estómago vacío a temprana hora que para disfrute del paladar. Más cómoda para el hostelero, sí, pero funesta para el cliente sensible.

JUGOSIDAD Quizá por ello el jurado de la Liga de las Tortillas --patrocinada por Coca Cola, aceite La Olivera y patatas Gómez-- se decantó por la jugosidad. Era el caso de la tortilla del Cabuchico, dorada en el exterior y cremosa, además de sabrosa, por dentro. De ahí el premio, al que contribuyó sin duda la presencia de Pepa Miranda, de Casa Miranda en Betanzos (A Coruña), donde ha ganado en cuatro ocasiones su afamado concurso de tortillas.

La gallega demostró que no es tan complicado elaborar una tortilla casi perfecta. Con material prestado, en un fuego que no conocía y con patatas poco usadas por ella --prefiere la variedad Kennebec, de carne muy blanca-- en apenas un cuarto de hora, las peló, las cortó finamente, las frió, mezcló los huevos --con más yemas que claras para obtener mayor color-- y frió la tortilla. Cuatro o cinco vueltas hasta lograr el dorado --no quemado-- deseado y al plato. Magistral, hubiera estado entre las mejores. Eso sí, Pepa elabora diariamente alrededor de cincuenta tortillas y la práctica se nota.

Como subcampeón de la liga quedó el conocido Coscolo --Madre Vedruna, 7. 976 094 728--, un clásico de las tortillas cremosas, que elaboraron Kelly Coscolín y su madre. Y se concedieron dos accésits, al mejor uso del aceite de oliva, al Bar El Papeo --Predicadores, 79. 876 011 212--, que sirve su tortilla acompañada por pieles de patata fritas; y al bar San Remo --Ponzano, 5. 976 215 417--, al mejor tratamiento de la patata.

El resto de distinguidos, que han llegado a la final tras un largo proceso de selección --partido a partido-- de los 64 participantes iniciales, han sido: La Argentina --Fernando El Católico, 54. 976 959 156--, que sustituyó a Entresabores, baja por lesión--, Café La Luna --Compromiso de Caspe, 7. 876 011 212--, La Parada --Valle de Pineta, 1. 976 385 753-- y bar El Fútbol --Avda. América, 3. 976 385 753--. Todos ellos elaboraron sus tortillas a la vista del público, a lo largo de una hora.