Zaragoza Andrés Calamaro sabe cómo emocionar, quizá por su alma argentina. Anoche lo volvió a hacer en la sala Mozart del Auditorio, donde llegó con su gira Licencia para matar, donde interpretó las canciones de su último disco, Romaphonic Sessions, grabado en colaboración con el pianista Germán Wiedemer y que es el tercer volumen de sus Grabaciones encontradas. Para el directo se suman Antonio Miguel (contrabajo) y Martín Bruhn (percusión), lo que le permitió deleitarse en ese cancionero que cultiva en paralelo a su carrera roquera y que se orienta hacia la raíz popular latina, del bolero al tango.