Hace poco más de dos años, el cantante Santiago Auserón y el director de la Orquesta Reino de Aragón, Ricardo Casero, se aliaron en un proyecto que el exlíder de Radio Futura ha tildado alguna vez de «vanguardista». El espectáculo, titulado Vagamundo, en el que Auserón recorre en clave sinfónica algunos de los éxitos de su carrera, adaptados por Amparo Edo, se estrenó con la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, y fue tal su aceptación que numerosas formaciones sinfónicas del país han solicitado esta colaboración, desde la Filarmónica de Galicia a las orquestas de Valencia, Bilbao, Murcia o la Banda Sinfónica de Barcelona. Ahora, el espectáculo llega a tierras aragonesas como plato fuerte de la programación musical que el Gobierno de Aragón ha programado por el San Jorge. La primera cita es hoy en el Palacio de Congresos de Huesca; la segunda, mañana en la sala Mozart del Auditorio de Zaragoza. Aún habrá una tercera en la provincia de Teruel, aunque habrá que esperar al Festival Puerta del Mediterráneo. «Hemos girado con casi todas las orquestas de España y ahora es un placer presentarlo en esta tierra y en la sala Mozart, que es nuestra casa», señala Casero, recordando que la Reino de Aragón es residente del Auditorio de Zaragoza.

MUCHO MÁS QUE VERSIONES / El director apunta que ha sido la orquesta la que ha tenido que amoldarse a Auserón y no al revés «pues las canciones mantienen su esencia; se han adaptado, sí, los puentes, las introducciones, pero teniendo siempre en cuenta su armonía y colores», dice.

Así, sonarán entre otras Río Negro, Pies en el barro, Duerme zagal, El forastero, No más lágrimas, Obstinado en mi error, Annabel Lee, La negra flor o El desterrado. El resultado es un espectáculo «con una instrumentación muy a lo americano, con tintes de banda sonora; creo que se han conseguido algo de mucha calidad, se ha hecho un trabajo concienciudo, que ha ido creciendo con el tiempo», dice Casero, quien considera que el encuentro con Auserón «ha sido una suerte para ambos; pues él está muy contento y se emociona porque su trabajo coge una dimensión que, según él mismo dice, no se esperaba».

Y es que el propio Auserón ha llegado a definir el proyecto como «un regalo de la vida al que nunca había aspirado». El artista zaragozano entiende que no se trata de una mera reinterpretación de sus canciones, sino que las orquestas se han prestado a la «aventura de crear cosas nuevas», así que «no es una orquesta acompañando un repertorio pop, estamos creando vanguardia», insiste. «En España el pop y el rock han cedido terreno, no reniego del rock, sigo siendo perro y rockero, pero creo que ahora es en las orquestas clásicas donde están pasando cosas, el mundo de la clásica se está abriendo horizontes», reflexiona.