Andrés Suárez quería enfrentarse a sus recuerdos y «despedirse» en el papel de «historias vividas» y de personas «que estaban en mi vida sin yo saberlo». Y para eso eligió escribir un libro, Más allá de las canciones (Aguilar), porque más allá de las canciones hay una historia, un momento, una sensación. En esta publicación, además de la letra de quince canciones (y tres inéditas), Andrés Suárez escribe la intrahistoria de cada una de ellas, historias vividas y sufridas, historias que le marcaron y de las que, asegura, tenía que despedirse. Y suma lo que cada una de ellas ha inspirado a autores como Víctor Manuel, Benfamín Prado, Rozalén, Juan José Téllez, García Montero, Javier Ruibal o Nach, entre otros; y las ilustraciones de Marta Bellvehí.

«Sentí necesidad de hacerlo, primero por experimentar en el universo literario», porque la idea surgió en noviembre de hace dos años, tras un fin de gira con Serrat de invitado en un palacio de deportes lleno cuando auguraba «casi un año sabático». Pero no fue un descanso, sino que «me vino bien para levantarme cada día a las seis de la mañana y obligarme a escribir porque es muy distinto obligarte que esperar a que vengan las musas».

Se enfrentó a sus recuerdos y los puso en papel. «Alguna vez había estado seis meses encontrar una frase» y sin embargo, en otras, «en una noche escribes medio disco», reconoce. Para Más allá de mis canciones tuvo que viajar «con una libreta y la guitarra y obligarse a escribir», reitera. Para el cantautor, «es genial descubrir palabras, buscar su significado, tachar, redistribuirlas», etc. Aunque para esos momentos donde no salían las palabras, tenía a su lado «la guitarra». Si algo destaca de este libro es que es «muy verdad. Trata de mis recuerdos, mis historias, el alzhéimer de mis abuelos, un beso en Cádiz... no hay nada más hermoso que contar la intrahistoria de una canción», explica.

REIVINDICAR LA VERDAD / Los quince temas elegidos son «los que más me duelen, quizá porque soy muy cantautor», señala. Son canciones que le marcaron, como la enfermedad de sus abuelos, que canta en Rosa y Manuel; una noche de verano en Dama que pinta en el sur o una lluvia en abril en Si llueve en Sevilla, canciones que «me hacen mucho daño pero estoy dispuesto a revivir ese dolor y a compartirlo... pero también la alegría», porque, reconoce que «las canciones que escribes llorando, mojando el papel, son las de verdad»; y en «estos tiempos fugaces, hay que reivindicarla». Todo lo que escribe «pasó, porque no soy capaz de inventarme una canción. Fue terapéutico volver a la infancia, a mi Galicia, a las playas, a familiares que no están y rendirles homenaje».

El libro también incluye fotografías personales, de sus amigos, de sus viajes. «A la gente que me conoce le llama la atención que me haya desnudado tanto, porque soy tímido, pero he contado mi vida», lo mismo que canta en una canción, aunque esta dura dos o tres minutos. Esto ya hacía cuando tocaba en bares pequeños y «contaba la historia de cada canción», como la de Vuelve, sobre una chica en Bruselas que hacía una maleta mientras yo lloraba».

COLOR EN LA OSCURIDAD / Las ilustraciones de Marta Bellvehí aportan «mucho color a un pasado oscuro. Fue capaz de dibujarme una sonrisa cuando yo lloraba, de pintar Santiago o Cádiz con fidelidad sin haber estado allí». Andrés y Marta no se conocían, sino que «le conté mi vida y la intrahistoria real de cada canción en una videoconferencia y ella fue capaz de llevarla al papel». En cuanto a las aportaciones de Benjamín Prado, Téllez, Ruibal, García Montero o Víctor Manuel fue «un privilegio, porque yo no soy poeta, soy escritor de canciones pero sí me rodeo de poetas y fue una suerte estar junto a gente que sí domina la palabra» y «hermoso que aportaran una coda amiga, un final a cada capítulo».

Ahora se encuentra inmerso en la promoción del libro y los fines de semana sigue con su gira musical. «Es demasiado intenso, son días de nervios, prisa y ansiedad y el escribir rápido no ayuda», explica, para luego señalar que volverá a escribir, a componer y a grabar otro disco «cuando tenga tiempo, cuando me pueda ir una semana a un hotel o a casa de un amigo y dedicarme únicamente a escribir» canciones, o quizá libros, aunque no se lo ha planteado pero «la palabra forma parte de mi trabajo».