Qué tienen en común el Don Giovanni de Mozart y un cuento tradicional como Caperucita roja? «Si el primero seduce los corazones, es más o menos igual lo que cuenta Caperucita pero para niños», asegura Zelia Lanaspa, una de las componentes de la compañía aragonesa MikrÓpera, que hoy estrena en doble función (12.00 y 18.00 horas) CaperuZita roja en el C. C. Estación del norte. La moraleja viene a ser que «confiar ciegamente en los demás puede ser fatal», reconoce. Junto a Lanaspa (soprano) se suben al escenario David Pellejer (piano) y Ángel Baile (tenor), que son los encargados de llevar a escena la pieza.

Caperuzita roja es una divertida adaptación del cuento clásico escrito por Perrault. En esta ocasión serán nueve números de la ópera Don Giovanni los que interpretarán los personajes.

Se trata de «un texto conocido y lo que hacemos es darle un pequeño giro; convirtiéndolo en un cuento del siglo XXI pero con música del XVIII», explica Lanaspa. Desde la compañía zaragozana intenta «dar lirismo» a una historia que comenzaron a crear hace ya varios meses; de hecho, aunque hoy es el estreno, llevan ya cuatro ensayando.

ARGUMENTO

La obra descubre a un lobo muy Don Juan. La abuela se ha resfriado. Chopo y Pino, dos guardabosques, darán a CaperuZita unos buenos consejos. Por otro lado, está Don Giovanni, un seductor lobo que acaba de llegar a la comarca con no muy buenas intenciones. El bosque, un viaje de aprendizaje con nuevos trucos para resolver de manera diferente un clásico final.

Pese a que MikrÓpera lleva ya varios años acercando la ópera a los más pequeños, aseguran que es una «nueva apuesta» y, por tanto «nunca sabes cómo va a salir».

Con esta pieza, al igual que con otras adaptaciones que ya han llevado a cabo —Hansel y Gretel u ¿Hormiga o Zigarra?— intentan «acercar la lírica a todos los públicos y así que niños y mayores aprendan a disfrutar» de la ópera, al mismo tiempo que se intenta «abrir ventanas a otro género». Y es que MikrÓpera logra que la ópera sea divertida, y entendible, ya que cantan castellano; intentando «desmitificar la idea de que es elitista», concluye Lanaspa.