LA CIUDAD Y EL CUCHILLO

Javier Fajarnés Durán

Pregunta

La publicación de Alud el año pasado supuso la fulgurante irrupción de Javier Fajarnés Durán, un poeta cuya fuerza expresiva hacía presagiar una trayectoria poética muy digna de seguir con atención. Ahora la editorial Pregunta, la misma que publicó Alud, lanza La ciudad y el cuchillo, el segundo libro del autor, que inevitablemente se enfrenta a las comparaciones con el anterior, teniendo en cuenta que el autor había dejado unas altas expectativas.

El resultado es un libro en el que se aprecia la evolución de la voz poética de Javier Fajarnés, pero en el que también pueden encontrarse algunas de las interesantes características que podían hallarse en su anterior entrega.

Por ejemplo, las imágenes violentamente poéticas que golpean con contundencia al lector y a la vez dotan a los poemas de un hondo calado: «Deposito en mi corazón un blando paisaje, / bosque de breves incendios / donde alimenta la ceniza».

También como en su anterior libro, la mirada de Fajarnés está deslumbrada por la belleza y a la vez dolorida por la existencia. Y el desarrollo de esa pugna entre oscuridad e imagen en el sombrío escenario de la ciudad tan amenazadora como un cuchillo es el argumento de muchos de los poemas, sobre todo en la primera de las cuatro partes del volumen.

Porque La ciudad y el cuchillo no es solo una mera continuación de Alud, y Javier Fajarnés emprende otros caminos sin dejar de llevarse por sus antiguos pasos: con los poemas más breves y sentenciosos de la segunda parte del libro, Anticipación al corte, o los textos que ensayan un aliento más amplio, aunque igualmente seguro de su recorrido, como los que cierran el poemario. Tras su lectura, apetece aguardar el próximo asalto que afronte el autor, mientras se recuerdan sus versos de ahora: «Lo importante no es dar la vida, / lo importante es provocar el movimiento».