Conflictos de orden social, moral y familiar han gravitado sobre las tres películas europeas que compitieron ayer en una nueva jornada, la penúltima antes del palmarés y clausura del próximo sábado, dentro de la Seminci. Un aparcamiento público, descubierto y habilitado en un solar del centro urbano de Budapest, es todo el escenario del que se ha servido el realizador húngaro Bence Miklauzic para trenzar Parkoló, una tragicomedia "que se puede interpretar en clave social". Turquía, país invitado en esta edición, ha participado en la sección oficial con Kuzu (El corderito), de Kutlug Ataman, una fábula cinematográfica con una moraleja que en este caso corresponde al mensaje que pretende trasladar el director. Además, es habitual que a la Seminci regresen cada año directores con recorrido en ediciones anteriores, caso del referido Miklauzic y también de la danesa Pernille Fischer Christensen, autora de la muy aplaudida En du elkser (Alguien a quien amar), que llega hoy a las salas comerciales. El actor Mikael Persbrandt encarna a Thomas Jacob, un cantante de fama y éxito internacional a costa de una vida vacía como comprueba cuando decide, después de varios años, regresar a su Dinamarca natal para grabar un disco.