No hace falta estar en Hollywood para formar parte de la industria del cine, ni siquiera en Madrid. Desde Zaragoza también se puede trabajar. Y eso es lo que hace la aragonesa La Luna de Tantan, la distribuidora de la película Psiconautas, los niños olvidados, dirigida por Pedro Rivero y ganadora del Goya a la mejor película de animación en la pasada edición de los premios de la Academia del Cine Español.

La película se estrenó el pasado viernes con 40 copias (una en Zaragoza, en Aragonia). «Es una película especial porque, aunque es de animación está destinada a mayores de 16 años, a espectadores aficionados al cómic», asegura Enrique Salvador, uno de los fundadores de La Luna de Tantan. Y es que está inspirada en el cómic Psiconautas, de Alberto Vázquez, que en su momento vendió alrededor de 20.000 copias. El Goya le ha dado una gran proyección a una cinta pequeña, que ya venía precedido por unos 18 premios en diferentes festivales internacionales.

La historia gira en torno a Birdboy y Dinki, dos adolescentes que han decidido escapar de una isla asolada por una catástrofe ecológica: Birdboy aislándose del mundo, Dinki emprendiendo un arriesgado viaje con la esperanza de que Birdboy la acompañe.

Trabajo de campo

Pero, ¿cómo llega esta joya hasta Zaragoza? «A través de relaciones, de contactos», reconoce Salvador. Psiconautas, los niños olvidados es, en su opinión, «un proyecto complicado y con difícil salida», pero una de las productoras (son dos, Zircozine animation y Basque films) contactó con nosotros porque le gusta nuestra forma de trabajar», afirma, para explicar después: «Tenemos un trato especial con las salas, con esas que apuestan con un público fiel», asegura.

La Luna de Tantan es una distribuidora pequeña, creada en 2011 por tres zaragozanos, el propio Salvador, Germán Gimeno y José Luis Gimeno, además de un colaborador en Madrid. «Vemos una película concreta, estudiamos cuál es su su público objetivo y pensamos cómo es la mejor forma de que vayan a verla. Las majors tienen contactos con las salas y van a la difusión total», pero «nuestra capacidad es diferente; vemos sitios especiales, con una mayor aceptación de este tipo de películas y concentramos en uno o dos pases para aglutinar al público que quiere verla, logrando así que sea también rentable para la sala».

El trabajo diario es «igual» desde Zaragoza que desde cualquier otro lugar, reconoce Enrique Salvador, ya que «el teléfono y el e-mail son piezas fundamentales; el trato personal es prácticamente imposible» tanto desde la capital aragonesa como desde Madrid o desde cualquier otro lugar si la película se va a proyectar en salas de toda España.

Calidad y pocas copias

«Al final esto es un mundo de relaciones, donde se ve cómo trabajan unos y otros. Hay mucho contenido —asegura—y muchas veces nos conocemos por otros trabajos», asegura. En el caso de La Luna de Tantan «vemos si tenemos capacidad o si está dentro de nuestro contenido». Los límites para aceptar una película son, «por abajo, la calidad artística, porque hay muchas gente que hace películas pero…, y por encima, la capacidad de trabajo, porque no podemos asumir una película de doscientas copias».

Salvador reivindica el poder trabajar desde Zaragoza y «que la gente nos conozca»; y de hecho, además de Psiconautas, los niños olvidados, en su catálogo figuran películas como Mami Blue, de Miguel Ángel Calvo Buttini; Carmina o revienta, de Paco León; Camera Obscura, de Maru Solores; Ali, de Paco Baños, Kenu’ de Álvarez Pastor, y los documentales portugueses Fado, Parto y Gesto, de Zul Filmes; películas que llevaron a las salas de toda España.