La revelación de que la nueva versión de La bella y la bestia, de estreno inminente, incluye el primer «momento exclusivamente gay» en la historia de Disney ha empezado a movilizar a los sectores más retrógrados de la sociedad estadounidense. Los propietarios de un autocine de Alabama ya han anunciado públicamente que cancelan todas las proyecciones que tenían programadas de la película. Y se esperan más vetos.

En un comunicado colgado en Facebook, los responsables del único cine de Henagar (un pequeño municipio del Sur rural de EEUU) aseguran que son, «ante todo», cristianos y, por tanto, no pueden permitir que sus decisiones empresariales «comprometan las enseñanzas de la Biblia». Y señalan que en su cine «solo se proyectan filmes para toda la familia», de modo que los espectadores sepan que pueden acudir y «ver películas sin preocuparse de si hay sexo».

La escena en cuestión, cuya existencia fue desvelada por el director de la película, Bill Condon, está protagonizada por el sirviente Le Fou (interpretado por Josh Gad) y por Gaston (Luke Evans), el caballero al que sirve y desea.