La Fundación Antoni Tàpies abrirá excepcionalmente durante todo el fin de semana, con entradas a un precio simbólico de tres euros, para que los ciudadanos que lo deseen, especialmente de fuera de Cataluña, puedan homenajear allí al pintor, fallecido el lunes a los 88 años. El presidente de la fundación, Xavier Antich, explicó ayer a Efe que, ante la masiva afluencia de personas desde la tarde del martes --unas 6.000--, la institución ha decidido abrir sus puertas el sábado y el domingo con las obras que se han escogido para esta ocasión, entre las que destaca Terròs, un lienzo de 1984 de la colección privada de la familia que alude a "la muerte de la vida".

Xavier Antich, presidente de la fundación, se mostró "emocionado" por la manera en que las personas se están acercando a la sede de la fundación, "convertida en un lugar público de duelo, lo que es extraño en un país en el que se suele cerrar por este motivo". A su juicio, lo que se ha conseguido es que la gente pueda despedirse del artista ante su obra, "que es lo que cuenta".

Y es que, desde el martes, no es difícil que en el edificio de la calle Aragón se cruce una madre con un bebé llorando en un cochecito con un grupo de alumnos de secundaria que ha decidido hacer la clase en el centro, y que éstos, a la vez, se topen con uno de los ideólogos del grupo Dau al Set, Arnau Puig, o con una de las hermanas de Salvador Puig Antich. Colas seguía habiendo ayer también para firmar en los tres libros que se han colocado en una mesa en el centro de una de las salas, en la que han dejado sus opiniones centenares de personas anónimas junto a otras conocidas.