Civi-Civiac va a intentar el más difícil todavía. La compañía aragonesa que dirige el aragonés Ismael Civiac, presenta esta noche por primera vez en Zaragoza Evasión suicida, un espectáculo con el que ha viajado por todo el mundo para inaugurar y clausura diversos festivales internacionales, y que hoy pondrá en escena, a las 20.00 horas, en la plaza Lagos Azules del Paseo Lagos del Alba de Miralbueno. La entrada es libre.

Evasión suicida, inspirado en uno de los números del más famoso escapista de todos los tiempos: Harry Houdini, consiste en dejar suspendido a Ismael Civiac a 25 metros del suelo atado con una camisa de fuerza y grilletes en los tobillos, tal y como acostumbraba a hacer Houdini en el puerto de Manhattan. Si bien es verdad, que el aragonés ha ido más allá incorporando nuevas dificultades al número, como prender fuego a la cuerda que sostiene su cuerpo, dándole un margen de dos minutos y medio para completar su liberación, antes de que esta se consuma y caiga al vacío. Se trata de un espectáculo a mitad de camino entre la magia y el circo, porque tiene mucho de actividad física.

REPERTORIO DE FAQUIRISMO / El número irá precedido de un repertorio de faquirismo, que constará de un primer bloque temático sobre el fuego, en el que Ismael Civiac manipulará antorchas exponiendo su cuerpo a las quemazones. El segundo bloque de este repertorio será más variado, presentando desde la ingesta de bombillas, la clásica cama de clavos, o la escalera de sables. como colofón, la evasión suicida.

Este número está considerado como uno de los más complicados dentro del mundo del faquirismo y el escapismo, y solo es realizado por unos pocos especialistas a día de hoy. Llegar a realizar este número es la meta de un «camino largo y tortuoso en el que no hay nada de magia, tan solo entrenamiento duro», reconoce Civiac, antes de recalcar la importancia de este tipo de espectáculos en pleno siglo XXI. «Desde que el público consume masivamente la televisión es más difícil de sorprender, el objetivo de nuestro espectáculo es que vean algo que no pueden ver en ninguna otra parte», asegura el ilusionista aragonés.

Para poder realizar estos arriesgados ejercicios, Civiac ha entrenado diversas técnicas de bloqueo mental del dolor. Comenzó con el método Pilates, para pasar a ejercicios de control de la respiración, y finalmente volcarse en el método Winfhoff. Un proceso que el mismo define como «muy frustrante, ya que al principio cada punzada de dolor te consume y no puedes hacer prácticamente nada» y que añade, se trata de «un proceso muy lento».