En el cuadro de Las meninas, de Velázquez, Nieves Concostrina quiso llamar la atención sobre un hecho. «Fíjense en María Agustina Sarmiento cómo ofrece un búcaro rojo a la princesa Margarita de Austria que es la más blanca de todas -comenzó su explicación la periodista-. En aquella época, las mujeres se comían búcaros de barro a trozos para ponerse más blancas que era el modelo de belleza de entonces. Comer barro era como la anorexia de hoy Eran las opiladas que se ponían malísimas porque se les obstruía el hígado pero, oye, estaban monísimas», bromeó Nieves Concostrina que presentó ayer su libro Menudas quijostorias en el Ámbito Cultural de El Corte Inglés.

Un libro lleno de anécdotas de la época en el que se desgrana la historia de Cervantes a golpe de curiosidades, una especialidad que domina la autora. Junto a las opiladas otro tema que aborda la escritora en el libro es la corrupción urbanística que, aseguró, «no se ha inventado en el siglo pasado y en la época de Cervantes ya la había». Como prueba, Concostrina explicó que Felipe III («el bobo y no lo digo yo sino que lo decía su propio padre») cambió la corte de Madrid a Valladolid para volver posteriormente a Madrid. «¿Por qué? El duque de Lerma le convenció de hacer el traslado de la corte y, previamente, había comprado terrenos en Valladolid con los que dio un pelotazo al tener que trasladar todo y lo mismo sucedió cuando, también por su mediación, la corte volvió a Madrid. Se le intentó juzgar pero se hizo cardenal y evitó cualquier castigo». Y, ¿quién fue uno de los paganos de esta situación? «El propio Cervantes tuvo que irse a Valladolid donde le costó encontrar una casa bastante ruinosa y, dos años después de mudarse, vuelta a Madrid donde acabó viviendo en el que es ahora el barrio de las Letras», indicó la autora. Un tema que llevó directamente a la mediática búsqueda de huesos del escritor: «Les ha costado a los madrileños 124.000 euros cuando se sabía que no se iba a encontrar a Cervantes. Pero, oye, ponemos una lápida de que pueden estar ahí y ya está. Todo resuelto», denunció la periodista que se apoyó en las declaraciones de un cervantino, el académico Francisco Rico.

Preguntada por Jara Abella, la directora regional de TVE que le acompañó en el acto, sobre la documentación del libro, Nieves Concostrina fue muy clara: «Yo me lo paso muy bien, para mí no es más trabajo que el que cada uno hace en su profesión... Toda la documentación está en los libros, que es donde se puede encontrar todo. Entonces, a partir de ahí, leo, anoto y cuento historias, que es lo que hacemos los periodistas en nuestro día a día. Al menos, así me lo enseñaron a mí», señaló.