El Gobierno de Aragón ha finalizado la restauración de los lados este y oeste del claustro de la antigua catedral de San Vicente de Roda de Isábena (Huesca), una de las partes más emblemáticas del edificio, con una inversión de 137.719,80 euros. La excatedral fue declarada Monumento Histórico-Artístico en 1924 (hoy BIC en la categoría de Monumento) y está situada en la localidad ribagorzana que también goza de la declaración de Conjunto de Interés Cultural en la categoría de Conjunto Histórico desde 1988

La restauración del claustro se inició en 2016 a cargo de la empresa Arte, Conservación y Restauración (Artyco) y las labores comenzaron por el lado norte del mismo (arquería y paramentos interiores).

Por otro lado, la rehabilitación de las arquerías de los lados este y oeste se ha llevado a cabo durante el año 2017 para continuar con la recuperación de este excepcional espacio. Estas intervenciones se han ejecutado para mejorar el estado del claustro, tras el deterioro sufrido con el paso del tiempo y sobre todo a partir de 1942, que conllevó la sustitución de algunas de las piezas y el tratamiento con materiales y productos inadecuados de muchas otras, como el rejuntado de cemento presente en toda la zona de intervención.

La restauración se ha realizado siguiendo el proyecto del el arquitecto y restaurador Fernando Guerra-Librero Fernández.

El director general de Cultura y Patrimonio, Nacho Escuín, destacó que estas actuaciones permiten mostrar el claustro en su pleno esplendor y explicó que la utilización de técnicas modernas en estos trabajos han permitido sacar los verdaderos colores y texturas de la piedra sin que sufran ningún daño.

LA MÁS ANTIGUA DE ARAGÓN

La excatedral de San Vicente y San Valero de Roda de Isábena es la catedral más antigua de Aragón. Conserva el esplendor del románico y del periodo en el que Roda de Isábena se convirtió en el centro religioso y político del condado de la Ribagorza. Se fundó en el siglo X, después de que Ramón II consiguiera que Roda de Isábena fuera nombrada sede episcopal. La catedral se levanta sobre los restos de un castillo y fue consagrada el 1 de diciembre del año 956 con la advocación de San Vicente. Las obras de construcción de la catedral se prolongaron durante dos siglos, debido a que en 1006 los árabes destruyen parte de su estructura. Gracias al obispo San Ramón se termina su reconstrucción en el siglo XII en estilo románico lombardo. El siglo XVIII supone el declive de esta institución religiosa, perdiendo el rango de catedral por el de colegiata para no ser más que iglesia parroquial en la actualidad.

El claustro se adosa al frente septentrional del templo, tiene planta rectangular y está abierto al espacio central, en el que se ubica un aljibe, por medio de arcos de medio punto apoyados sobre columnas de fuste liso y capitel esculpido con motivos vegetales, animalísticos y geométricos. Todo ello fue construido en piedra en estilo románico y decorado progresivamente con numerosas inscripciones funerarias, situadas principalmente en el intradós de los arcos, que conforman un necrologio o registro de los difuntos relacionados con la historia de la catedral hasta mediados del siglo XIV, que por sus características es único en el mundo.