Conforme estábamos subiendo el Moncayo yo ya estaba viendo imágenes de la película”. Así de entusiasmado se mostró ayer Antonio Hernández, el director que va a llevar a la gran pantalla la novela de Juan Bolea, Parecido a un asesinato. El cineasta visitó ayer la comarca de Tarazona y el Moncayo buscando localizaciones para la película, acompañado por la directora de la Aragón Film Commission, Teresa Azcona; del guionista del filme, Jorge Meyer; y del propio Juan Bolea.

Hernández quedó gratamente «sorprendido» con la zona que «no conocía» y, especialmente, con el monasterio de Veruela. «Mira que cuando rodé Los Borgia, me enseñaron un montón de lugares en Italia pero no había visto un claustro como este en ningún sitio», explicó Hernández, que no dejó de hacer fotos con su móvil del otoño en el Moncayo: «Está muy bonito, aunque para cuando vengamos a rodar nos vendría mejor un poco más de mal tiempo ya que a la película le va más ese tono gris», aseveró con sinceridad antes de entrar de lleno en los motivos de por qué ha aceptado este reto: «En realidad, yo vengo con todo el trabajo hecho --bromeó-. Cuando las ideas son de otros y son buenas, es muy fácil venir a rodar. La novela tiene mucho ritmo y es un thriller que es, donde según dice la crítica, donde mejor me muevo yo así que... ¿cómo decir que no?», afirmó un director que tiene claro que «la película se va a hacer. Yo no he venido para ver si... No, esto sale porque yo quiero hacerla y se va a hacer», dijo con seguridad.

ESCENAS URBANAS

La idea es que, auspiciada por la Aragón Film Commission, la película, producida por la productora valenciana Sunrise Pictures, se ruede en otoño del año que viene. Las escenas urbanas se localizarían en Zaragoza mientras que las de la montaña, aunque se están visitando varios lugares de la mano de la Aragón Film Commission, hay muchas opciones de que se rueden en el Moncayo. «Ese doble juego entre la ciudad y el campo es una de las grandes cualidades de la novela y del guion cuya primera versión ya ha hecho Jorge Meyer. Y nosotros hemos venido a potenciar todo esto, no a recortarlo», explicó el propio Antonio Hernández, que prosiguió hablando de las virtudes del libro de Juan Bolea: «¿Sabes que es lo bueno de un novelista? Que tiene la libertad de la palabra. Nosotros, en el cine, sin embargo, a cada pequeña cosa que hacemos necesitamos mover un equipo de 70 personas, un pequeño plano es muy complicado y cuesta mucho dinero. Pero, también es verdad que luego nosotros somos capaces de hacer que el espectador vea con su mirada o sienta lo que se puede sentir con nuestras imágenes».

En ese sentido, Antonio Hernández también quedó muy satisfecho con lo que proyecta la zona ya que, como él mismo señaló, «es un thriller y, como tal, necesitamos lugares que pueden indicar esa angustia pero en cuanto me han contado todas las historias de brujería y herejías de la zona he tenido claro que estábamos en el lugar adecuado».

Así, la película, que vivirá una primera presentación en sociedad del proyecto en el próximo Festival de Zaragoza, va cerrando su equipo y ya se encuentra de lleno en plenas negociaciones con los diferentes actores que podrían formar parte del reparto, aunque, de momento, no se ha hecho público ningún nombre.