En el Palacio de Congresos de la Expo ayer no era un día normal. Ni por fuera, donde hasta tres tráilers estaban aparcados en las inmediaciones de las instalaciones ni mucho menos por dentro. Desde el lunes, alrededor de 70 personas (37 técnicos de la compañía al que hay sumar personal de apoyo de la propia instalación y también personal local que se ha contratado) están trabajando a turnos para cubrir 21 de las 24 horas del día (solo se para de 6 a 9 de la mañana) para montar el escenario del musical Los miserables, que se representará en Zaragoza desde mañana hasta el próximo 12 de octubre. "Es un montaje complicado de un espectáculo de gran formato en el que se mueven once tráilers que transportan 90 toneladas de material", explica el jefe técnico del montaje de la producción, Francisco Grande.

Camiones que ayer ya habían descargado todo el material si bien muchos de los baúles todavía estaban apilados en los pasillos. "El orden es imprescindible", dice el propio Grande ya que a la hora de desembalar todo tiene que estar medido. De hecho, los que llevan el vestuario todavía están esperando su turno ya que es lo último que se extrae. Hasta el día anterior al estreno (hoy en este caso) no se empieza a preparar el ropaje, justo para que los pueda emplear el elenco que tiene previsto llegar mañana a la ciudad. En el escenario no hay ni un segundo de sosiego. Gritos, ruidos de taladro e indicaciones a través de los walkies son las señales que mueven la maquinaria de un escenario que ya se empieza a divisar espectacular.

"LA GIRA MÁS IMPORTANTE" "Esta gira es, con diferencia, la más importante que se ha hecho en este país --arranca Grande--. La complejidad de este espectáculo va relacionada con la calidad del mismo y hay que tener en cuenta que es un musical que lleva 28 años en cartel, que se representa en diferentes partes del mundo y siempre de la misma manera. Ahora, estamos montando el set del 25 aniversario que nos lo podemos encontrar en otros países igual. Y una de las premisas que tiene esta producción es no variar nada, es una lucha que nosotros tenemos en cada teatro por adaptar cada sala a la producción y poder ofrecer al público Los miserables tal y como es. Hacemos que la infraestructura juegue a favor del espectáculo".

El escenario, todavía a medio construir, ya muestra dieciséis altavoces unidos en cada uno de los frontales y diez más en cada uno de los laterales. "Técnicamente es un espectáculo complicado que lleva música en directo, cuarenta y tantos sistemas inalámbricos a nivel de sonido, una infraestructura de luz y una escenografía automatizada, además de elementos de telar motorizados, que, a la hora de la representación nos da mucho juego dentro del cambio de escenas, es una escenografía muy ágil, muy bien resuelta y que nos deja movernos en el espacio del tiempo de la obra con mucha facilidad, aunque lleva una complejidad técnica importante", asevera con rotundidad José Francisco Grande.

El suelo es lo último que se montará del escenario. De hecho, estaba previsto que su instalación se produjera ayer por la noche. Se trata de una superficie "especial" porque es automatizado lo que significa que lleva carriles para facilitar que se desplace la escenografía. Durante el espectáculo, que tiene una duración de dos horas y media a las que hay que unir veinte minutos de entreacto, hay hasta 60 cambios de escenario (aunque hay escenas que se repiten) por lo que es fundamental "la agilidad".

En el montaje del Palacio de Congresos de la Expo no está habiendo "ningún imprevisto por lo que, en cuatro días, como en el resto de lugares a los que vamos, tendremos todo montado para los ensayos y con todo a punto para estrenar", dice con rotundidad el jefe técnico del montaje.

Cada función de Los miserables utiliza 392 trajes completos compuestos por 1.782 artículos y 31 pelucas.