Daroca ya tiene a punto todos los locales (la casa de la Comarca, el convento de Santa Ana, los bajos del ayuntamiento, las escuelas, el albergue municipal, los escolapios y las iglesias) para iniciar mañana miércoles el XXVII Curso y Festival Internacional de Música Antigua en el que participarán 130 alumnos de doce países y un elenco completo de 20 profesores, tres colaboradores y dos seminarios.

El Curso durará hasta el próximo 10 de agosto, con conciertos diarios a las 20.00 horas en la iglesia de San Miguel de Daroca, excepto el sábado 6 de agosto que será en la parroquial de Almonacid de la Sierra a las 20.15 horas.

A diario saldrá a las 18.00 horas desde el Paraninfo de Zaragoza (Plaza Basilio Paraíso) un autobús gratuito para los asistentes al Fesatival con regreso a la terminación de cada concierto. Se deberá reservar plaza llamando al número 976 288878 en horario de mañana. La Institución Fernando el Católico, de la DPZ registró ayer un alto número de llamadas de interesados en acudir a los conciertos que serán igualmente gratuitos.

Impulsado desde 1979 por el músico José Luis González Uriol, con ocasión del tricentenario de la muerte del organista Pablo Bruna, El Ciego de Daroca , este festival ha sacado a la escena internacional a intérpretes antes desconocidos, y entre los alumnos, ha dado a conocer piezas que a menudo no encuentran hueco en los conservatorios, según explicaba a este diario el director, José Luis González Uriol. Este año, los países de procedencia de los alumnos son Alemania, Bélgica, Brasil, Dinamarca, España, Estados Unidos, Francia, Holanda, Italia, Japón, Portugal y Polonia.

González Uriol destacó la importancia que la ciudad de Daroca confiere al Festival: "Esta ciudad es única como escenario para los cursos. Crea una especie de misterio. Y el ascenso por las calles de los espectadores hasta llegar hasta San Miguel es formidable, porque te ese recorrido te prepara para entrar en ese ambiente musical de otros siglos". Todo Daroca sonará estos ocho días desde las 9.30 como una caja de música en la que los instrumentos se irán distribuyendo por todos los espacios para no interferirse. Por la tarde, llegarán los autobuses.