--Un antes y un después es un disco muy variado...

--Mi planteamiento desde el principio era contar con Rumba para que produjera la mitad del disco pero también contar con productores distintos de gente que me mola lo que están haciendo, ya sean los Cooking Soul, Griffi... A este lo exigía el guion porque en En el corazón de la ciudad, que es el tema que produce él, quería inmortalizar mi estancia en Barna.

--Eso ha llevado a un disco con gran variedad de ritmos...

--El disco tiene matices muy distintos, incluso contando con el propio Rumba, con el tema salsero... Era un poco mi forma de entender el disco en solitario, quería ofrecer un poco distintas versiones de mí, que la gente no se encontrara lo que se esperara de mí sino darle unos matices distintos, aunque sin salirme de mis casillas por más que rapee en una producción de Cooking Soul o de Griffi.

--¿Se ha liberado Lírico con este disco?

--Este disco, puede ser un tópico decirlo, pero es muy personal. Es lo que tiene un trabajo en solitario, que te muestras tú en todo momento. En un disco de Violadores, la estructura era siempre dos temas individuales, y el resto eran temas comunitarios. Entonces ya estás más limitado para poder expresar todo lo que quieres decir. Inevitablemente en un disco en solitario tienes la oportunidad de expresarte mucho más.

--¿Le ha costado mucho volar solo?

--Lo que antes hacíamos entre tres, por no decir entre cuatro, ahora he asumido yo el esfuerzo por triplicado. He asumido todas las decisiones y eso hace que, por ejemplo, no tengas la tormenta de ideas que pueden surgir entre cuatro. Este disco son todo ideas que han salido de mí

--Ha tardado mucho en publicar este disco si tenemos en cuenta que antes han salido los de Sho Hai y el de Kase O con su banda de jazz, ¿quizá buscaba un disco que se acercara a la perfección?

--Es la forma de trabajar a la que estamos acostumbrados. Los discos de Violadores tardamos también cinco años en sacarlos... A todos nos gustaría tener un disco antes, pero al final acaba pasando el tiempo. Somos muy exigentes con nosotros mismos, nos gusta currarnos los discos y eso, al final, lleva tiempo. También nuestra forma de trabajar es muy independiente y nadie nos marca los tiempos.

--Ahora vive en Barcelona, pero Zaragoza sigue siendo la protagonista indiscutible de su disco, ¿es el apego a su tierra la clave de su éxito?

--Totalmente... Nuestros discos siempre tienen la referencia de Zaragoza. Somos de aquí, nos gusta redundar en eso, son nuestros orígenes y ahora que estoy viviendo en Barcelona me siento con más necesidad todavía de hacer referencia a Zaragoza. Me gusta dejar presente que soy de aquí.

--Zaragoza puede presumir de tener una de las escenas de rap más potentes de España, ¿por qué cree que sucede eso?

--Aquí el nivel de exigencia desde siempre, desde la época en la que empezábamos a sacar las maquetas, ha sido bastante tocho. Ha sido como un pequeño listón que nos hemos marcado todos y hasta que no hemos tenido un nivel personal, una identidad, un estilo más o menos pulido y un nivel en cuanto a los textos y a los temas que nos hemos currado siempre, no hemos mostrado nuestras cosas y eso creo que ha sido la pauta que hemos seguido todos los que hacemos música aquí en Zaragoza. En la escena del hip hop, el nivel de exigencia siempre ha sido bastante alto.

--El hip hop todavía no ha traspasado la barrera de los medios y, sin embargo, va a más...

--Inevitablemente, sí...

--¿Qué opina de ese ninguneo del hip hop?

--La cultura musical de un país la dicta la radio y la televisión. Si lo único que suena en la radio o televisión es el pop y lo mismo de siempre... por más que haya muchísima gente que siga a ciertos grupos si no tiene el apoyo de los medios, se va a ver siempre muy limitado. Nosotros con el disco Vivir para contarlo fuimos número uno, Disco de Oro y todo eso sin sonar en las radios ni salir en la televisión. Es la gran diferencia con Francia, Reino Unido y el resto de Europa. Te vas a Francia y desde hace años tienen una cadena de radio con música negra las 24 horas. Vas en un taxi o estás en cualquier lado en una tienda o en una peluquería y puede sonar música distinta. Aquí siempre suena lo mismo. Es un poco la censura que sufrimos los que hacemos música alternativa. Hay muchísima gente que nos sigue pero sin apoyo de los medios es complicado... Pero esa es la cultura musical que hay en este país.

--Ya ha empezado a publicar las primeras fechas de su gira, aunque Zaragoza aún no está... ¿Ya sabe quién le va a acompañar en esta gira?

--A Zaragoza vendremos, estamos esperando confirmar si va a ser en el Zaragoza Ciudad o cuándo. En cuanto a lo otro, ahora es el momento de planificarlo, estoy dándole vueltas porque ahora está la movida de que vivo en Barna así que a ver cómo me lo monto.