Recuerda Miguel Ángel Mañas, uno de los dramaturgos aragoneses que son referencia nacional, que cuando Santiago Meléndez leyó su texto Tu palabra, hágase en mí, enseguida tuvo claro que debía llevarse a escena «lo que describe la trayectoria de Santiago como director y su apuesta por textos complicados y comprometidos». Y es que Tu palabra hágase en mí, que se estrena mañana en el Teatro del Mercado, donde permanecerá hasta el domingo, no solo es un texto complejo por su temática, el de la prostitución, sino también por cómo está construido, prácticamente un monólogo en el que la actriz Vicky Tafalla no solo se mete en el personaje de esa mujer «engañada y prostituida», sino que se desdobla en varios personajes para explicar cómo ha llegado a dicha situación.

Así, esta apuesta «arriesgada», que bascula entre «un lenguaje poético y las sórdidas situaciones que plantea», está concebida con toda la intención del que se denomina «teatro social», «un concepto que puede resultar antiguo, pero es el mejor para definirlo», apuntaba ayer Santiago Meléndez. Un tema, la prostitución, y una estructura de texto tan complicados que, según cuenta el director, «con la intención de hacer algo más ambicioso, se lo propusimos a varias actrices conocidas de Madrid, y se negaron todas, pues el nivel de exposición para una intérprete es tan grande que ninguna actriz conocida se atreve a hacerlo, a no ser que ahora sea un éxito y luego...».

De esta forma, y después de una prueba «en la que demostró toda su capacidad», la elegida fue la aragonesa Vicky Tafalla, quien reconoce que «este texto me ha cambiado la vida. Vengo de un género diferente, del humor, el canto y el baile, y esto era un riesgo espectacular, una interpretación más íntima y dramática, un texto difícil e incómodo, que no dejará indiferente a nadie, pues ni siquiera me ha dejado a mí».

La obra es una denuncia de la cruel realidad de la prostitución y los efectos que esta tiene en las mujeres que la ejercen, pero no solo a nivel emocional, sino también físico. Siendo esta parte algo fundamental de la obra «pues quería ir más allá y mostrar como puede sentirse una mujer cuando es manoseada, cuando es cosificada y deja de ser mujer para ser un objeto, Existe un cambio físico. De ahí también el título Tu palabra hágase en mí, que alude a lo que tiene el lenguaje de poder, palabras que son órdenes y cómo estas repercuten en la sumisión y cosificación de las personas», cuenta Mañas.

Esta denuncia de una mujer prostituida que «vomita todo lo que lleva dentro» en un texto «sin ninguna concesión», ha contado esta vez, al contrario que en el original, en el que todas las voces salen de la protagonista --que no tiene nombre, pues representa a todas las mujeres en esta situación-- con el apoyo de un personaje masculino, que tiene una presencia física en momentos y otras solo de voz (interpretado por Ángel Gotor). «El trabajo de Vicky era demasiado complejo y decidí incorporar a este personaje masculino para descargarla, su papel tiene demasiada emotividad y es muy complicado», recalcó Meléndez.

TEATRO COMPROMETIDO

De esta forma, y con una puesta en escena «cruda, pero imaginativa y basada en la fuerza del lenguaje», Meléndez tiene claro que su compromiso con el teatro como vehículo «para plantear interrogantes y que el espectador saque sus propias reflexiones». Un teatro de corte social, quizá incómodo, pero a su entender necesario: «El teatro debe dar voz a estos temas, y no se hacen obras sobre los desahucios, la pederastia en la iglesia o la corrupción política y habría que hacerlo».

Algo en lo que también coincidió el gerente del Patronato de Artes Escénicas, Víctor López, quien defendió el «compromiso» de la entidad, no solo con las producciones locales, sino con este tipo de teatro «que hay que hacerlo independientemente del público que vaya, aunque estoy seguro que si las cosas se hacen bien y las propuestas son de calidad, el público vendrá».