Quizá ese premio Nobel que muchos ansían para Bob Dylan esté más cerca. El lunes, cuando en la Universidad de Columbia de Nueva York se anunciaron los premios Pulitzer de este año, el músico de Duluth, Minnesota, apareció entre los galardonados con una mención especial. La junta directiva que mantiene viva y actualizada la herencia del editor de periódicos Joseph Pulitzer reconoció al reciente premio Príncipe de Asturias "por su profundo impacto en la música popular y en la cultura americana, caracterizado por composiciones líricas de extraordinario poder poético". Y con el Pulitzer honorífico Dylan volvió a elevar su arte y a abrir nuevos caminos para el folk, el rock y una música única que desdibuja y desafía las fronteras entre expresiones artísticas.

Fue en 1943 cuando el consejo que representa el legado de Joseph Pulitzer incluyó la música entre sus categorías. Durante décadas, se limitó a reconocer la clásica. Pero a finales de los 90 se ampliaron los criterios de definición y selección de candidatos para reconocer la amplitud de la música americana, como demostró en 1997 un premio Pulitzer para Blood on the fields, un trabajo de Wynton Marsalis con fuerte presencia de elementos de jazz.

GERSHWIN Y MONK

El consejo que otorga finalmente los premios Pulitzer (tras las decisiones de varios jurados o, en el caso de menciones especiales, independientemente) también había sido criticado por no reconocer a imprescindibles compositores estadounidenses, y empezó a enmendar errores en el año 1998. Aquel año concedió una mención especial a George Gershwin en el centenario de su nacimiento y un año después, hizo lo mismo con Duke Ellington.

En los años 2006 y el 2007 se entregaron premios honoríficos póstumos a Thelonious Monk y John Coltrane. Y ahora los Pulitzer han culminado su apertura con el premio a Dylan.

No había ayer rastro de ninguna reacción de Dylan al reconocimiento, aunque en un artículo del Los Angeles Times le atribuían "incredulidad". Pero su premio extendió el sentimiento de logro particularmente especial entre algunos de los otros premiados en esta edición.

"Cuando les dije a mis hijos que había ganado un premio Pulitzer reaccionaron con un ´bueno, pues vale. Pero cuando les dije que me habían dado el mismo premio especial que a Bob Dylan dijeron que esto realmente era algo", contaba al diario angelino el compositor David Lang, reconocido por The Little Match Girl Passion, una obra donde Lang, judío, trata de romper el tradicional vínculo entre las grandes composiciones de música clásica y el cristianismo.

En sus categorías periodísticas, los Pulitzer elevaron a sus altares a The Washington Post con seis galardones, incluyendo el de servicio público por un artículo que denunció el abandono y las malas condiciones de un hospital para veteranos de guerra. Los premios se entregarán en mayo en un modesto almuerzo en la biblioteca de la Universidad de Columbia.