Parece que hay consenso en el sector: los lectores han redescubierto el placer de leer en soporte de papel y desconectar por un momento de las pantallas, un fenómeno que está llevando a un declive de las ventas del libro electrónico. Esto parecen indicar las últimas cifras oficiales del sector hechas públicas en EEUU y el Reino Unido, en la que se recogían descensos de hasta el 17% en el año 2016. ¿Pero es comparable esta tendencia con lo que está sucediendo al mismo tiempo en España? No, en base al Informe anual del libro digital 2016 elaborado por Libranda, la empresa creada por los grandes editores españoles como plataforma común para distribuir sus libros en las distintas librerías digitales.

Según el documento de Libranda, el mercado del libro electrónico en lengua española aún crece: del año 2015 al 2016, el 6,7% a nivel global, sin romper siete años consecutivos de lento incremento. En el caso de España, la publicación de libros electrónicos, excluyendo el libro de texto y la autopublicación, ascendió a 33 millones de euros, el 11,3% más que en el año anterior. Se debe tener en cuenta que estas cifras positivas en el caso español se producen en la misma categoría que da cifras negativas en EEUU y el Reino Unido, las del libro digital publicado por los editores tradicionales, incluyendo sus ventas por plataformas como Amazon. Aunque incluso en esos mercados se sospecha que la aportación de la autoedición (si así se pueden calificar las publicaciones bajo el paraguas de la multinacional), estadísticamente opaca, quizá equilibra la situación, o incluso oculta una evolución real que podría seguir siendo al alza en esos mismos países.

4% DEL SECTOR

Según el informe, una estimación de la autopublicación en España podría añadir al mercado cinco millones de euros en ventas, elevando las cifras a 38 millones en España, el 4% del mercado del libro excluido el de texto. Esa aún reducida cuota de mercado es uno de los tres grandes factores que diferencian el mercado español y latinoamericano (en EEUU, por ejemplo, las ventas de libro español sí que bajan, el 1,4%) y explicarían que mantenga una tendencia al alza: estaría aún lejos del techo que en mercados maduros se ha quedado en torno al 25%, eliminando del horizonte la augurada sustitución del libro de papel.

Otro factor es el gran peso de la piratería: probablemente, según diversos estudios, el consumo de libros electrónicos podría rondar el 20% de la lectura total en España, con dos terceras partes de ella por la vía de descargas ilegales.

Y finalmente, el precio: mientras que la caída de las ventas del libro electrónico en EEUU se ha desencadenado después de que los nuevos términos entre la industria y Amazon condujeran a un incremento de precios (de media ha pasado allí de 5,9 euros a 7,3 euros del 2014 al 2016), en España la evolución es distinta, con un descenso del precio medio de 6,8 euros a 6,4 euros en ese periodo. Es decir, al contrario de lo que dice el prejuicio ya consolidado, los libros electrónicos son en este momento más baratos en España que en EEEUU. Con todo, las políticas de precios varían enormemente en función de la editorial: los libros electrónicos en España son del 30% al 60% más baratos que la versión en papel.