-No queda mucha gente que siga creyendo que el verso está cargado de futuro...

-Algunos utópicos y soñadores seguimos creyendo que sí. Es verdad que al final la poesía y la realidad social a veces no se encuentran y mientras algunos, a través de la palabra, tratamos de construir otros mundos diferentes, hay gente que la poesía no le soluciona su día a día. Pero el arte es una de las mejores armas que tenemos para transmitir las verdades en un mundo en el que precisamente se oculta la verdad.

-¿Por eso dice que se arrincona a la cultura?

-En las civilizaciones antiguas había un interés de que la sociedad civil tuviera cultura y capacidad de opinión crítica y creo que eso desde que existe el capitalismo se ha matado. Estamos en la sociedad de Un mundo feliz.

-¿Le molesta la etiqueta de cantautor?

-Ni me molesta ni me pesa, a veces me agrada. Lo soy porque escribo canciones en busca de la verdad, la belleza y la sensibilidad, le doy mucha importancia al contenido y creo en el arte consciente. Sí puedo gritar que los cantautores no solo hacemos música de cansautor, hoy es algo muy ecléctico, nutritivo, rico en ritmos y muy versátil.

-De hecho, si algo ha perseguido a su música es el mestizaje y la prueba es este SoloLuna...

-Uno tiene inquietud, sale de su casa y empieza a viajar y de esas inquietudes nacen otras manera de entender la vida y la música, el ritmo, otros instrumentos nuevos, colores y sonoridades nueva. Al final te empapas de otras músicas y folclores y descubres en ti esas músicas a las que no habías tenido acceso. Viajar enriquece el alma y las perspectivas. Es hermoso preservar ciertas tradiciones musicales pero hay que estar abierto a hacer de todo y a mezclar lo que puedas. Yo aun me estoy buscando pero cada vez me encuentro más en el mestizaje. No somos de ninguna parte, somos de todos los lados, el mundo es un espacio migrante y hay que enriquecerse de ello.

-¿Le incomoda ser el hijo de Luis Pastor?

-No. Es bonito conservar la identidad de las personas pero no me molesta ser Pedro, el hijo de… sobre todo porque Luis Pastor es una figura muy auténtica, transparente y está lejos de un famoseo que pueda jugar en mi contra. Quien conoce a Luis lo conoce por su obra porque es un artista reconocido por una minoría que lo sigue porque lleva 40 años fiel a sí mismo. Estoy orgulloso y agradecido de haber nacido donde he nacido y no solo por lo musical, sobre todo por lo humano, por la capacidad de haberme educado con esa libertad.

-¿Cómo será el concierto de Zaragoza?

-Cercano, íntimo, auténtico y diferente. Hay cosas fijas pero hay un vaivén por medio en que depende cómo esté la gente o nosotros va por un lado u otro. Está abierto para tener la capacidad de escuchar al público, lo que digan y su energía y a partir de ahí construir el concierto. Nuestras actuaciones, si tienen algo de especial es que las planteamos con una cercanía humana, bajamos y cantamos entre el público e invitamos a la reflexión pero no atiborramos, también invitamos al baile y a la emoción.