Un sepulcro real procedente del panteón real femenino del monasterio benedictino de Santa Cruz de la Serós, que salió ayer a subasta en la sala Balclis de Barcelona, fue adquirido por el Ministerio de Cultura por algo más de 65.000 euros, y tendrá como destino el Museo de Huesca, de titularidad estatal.

Así lo confirmó ayer el director general de Patrimonio del Gobierno aragonés, Jaime Vicente, quien agradeció a la directora general de Bellas Artes, María Ámgeles Albert, "la disposición negociadora" que ha permitido que este bien "de especial interés por su simbolismo" pueda recalar en el centro oscense. A pesar de que el precio de salida eran 65.000 euros y la sala recalca que el Estado ha ejercido el derecho de tanteo, adquiriendo la obra por dicho precio, Jaime Vicente apuntó que "finalmente ha habido puja, y el precio ha subido un poco".

La pieza está elaborada en piedra caliza tallada y pudo albergar el cuerpo de una niña de 3 o 4 años, posiblemente el de una hermana de Doña Sancha e hija de Ramiro I. Sin embargo, como señala el director general de patrimonio, "realmente se desconoce a quien perteneció, aunque además de su simbolismo y su valor artístico es importante porque está relacionado con los restos reales que estamos estudiando; de hecho, al principio se pensó que los restos de su ocupante podrían hallarse en alguno de los sarcófagos que había al lado, aunque parece que no es así".

La pieza carecer de la curva esculpida en el interior para apoyar la cabeza, por lo que los expertos no descartan que esta obra sea un osario y no un sarcófago. La decoración se aplica en una sola cara y consiste en tres medallones, cada uno con una pareja de grifos tocándose con los picos y con las patas posteriores. La obra se adjudica a un escultor anónimo del Languedoc que trabajó en la zona de Jaca hacia el año 1100.