La película Platero y yo, el primer largometraje que dirigió el zaragozano Alfredo Castellón, estrenado en Sevilla en 1967, restaurado por la Filmoteca de de Andalucía, con la incorporación de cuatro de las cinco escenas suprimidas por la censura, y recalificada ahora como apta para todos los públicos, fue presentada ayer en la Filmoteca de Zaragoza, donde hoy, a las 20 horas, será proyectada para el público. Al mismo tiempo, se presentó el libro que recoge el guión literario que incorpora un DVD con la película.

El director de la Filmoteca de Andalucía, Pablo García Casado, señaló ayer que "la mejor manera de recuperar un patrimonio es hacerlo accesible", y que esta película y su guión escrito permitirá acceder a la obra de Juan Ramón Jiménez desde "nuevos puntos de vista". En el filme aparece el joven poeta en su regreso a Moguer tras una larga estancia en Londres y sus relaciones con dos mujeres del pueblo: Aguedilla "la pobre loca de la calle del Sol", dueña de Platero, a la que Juan Ramón dedicó su libro, y Blanca, la hija del cacique local, con el que el poeta tiene que confrontarse en defensa de los agricultores. En el filme aparece una fuerte crítica social, con Juan Ramón como defensor del mundo natural, de la poesía y de los desfavorecidos. Tanto él como Aguedilla, cercanos a Platero, serán estigmatizados, objeto de críticas y chismes y terminarán fuera del pueblo. Alfredo castellón respeta en el filme los lugares verdaderos de la historia.

Un productor italiano compró en Puerto Rico los derechos a Juan Ramón por un millón de pesetas. El norteamericano Eduardo Mann había adaptado la obra para el cine e iba a dirigir el filme. Pero se puso enfermo y se lo propusieron a Castellón, encargado inicialmente de proponer algunas ideas. "Quise poner lo mínimo de folclore andaluz, porque Juan Ramón iba más lejos". Castellón fue incorporando capítulos del libro que consideraba imprescindibles. El productor comienza a restringir material fílmico y un día decidió que la película estaba terminada. Había que montar lo rodado para cobrar la subvención. Castellón, maestro del montaje, cumplió su contrato y terminó lo mejor posible.