Alberto Rodríguez, el hombre que contó la transición española sin nombrarla en La isla mínima, ultima los detalles de El hombre de las mil caras, un thriller ambientado en los años 90 que indaga en la figura del espía que puso en entredicho al último gobierno socialista de Felipe González, Francisco Paesa.

El cineasta sevillano confesó ayer que le "intriga" saber si el público "aceptará" ver en una película unos hechos que son tan recientes y, por otro lado, dijo que confía en que "no se use políticamente, porque no habla del PSOE". "Yo no reniego de la transición que se ha hecho, pero hay cosas que se hicieron y que han lastrado otras posibilidades", consideró el director de Grupo 7, si bien puntualizó que esto lo dice como "ciudadano" y no como director de cine.

En ese sentido, aseguró que "nadie" le ha coartado a la hora de contar o no cosas, y que lo que no está es porque él ha querido omitirlo. Avisa al público que "no van a ver El topo", un clásico del cine de espías, y recordó una de las frases de la película, que pronuncia Emilio Gutiérrez Caba, un "agente" del gobierno "sin definir: "Los espías españoles no trabajamos con pistolas, sino con chequeras".

Tras nueve semanas de rodaje en Madrid y París, y otra más en Singapur, además de un día en Suiza, la película se encuentra en estos momentos mezclando la música y a punto de terminar el montaje. Rodríguez no quiso precisar si el festival irá a San Sebastián, pero el estreno será el 23 de septiembre.