El juicio de las mariposas, que se estrena mañaña en el Teatro Arbolé de Zaragoza, pondrá un espejo que reflejará la sociedad de consumo mediante un juicio sobre el escenario que llevará a la reflexión de los valores vigentes desde las perspectivas enfrentadas de la abogada y la fiscal.

Su autora, Iris de Campos, el director, Jorge Aparicio, los actores Cristina Cervera y Alfonso de Campos y el gerente del Teatro Arbolé, Esteban Villarrocha, presentaron ayer esta producción inédita de la compañía aragonesa Producciones Graz que se representará en la capital aragonesa mañana y el viernes a las 21.00 horas.

De Campos, quien también interpreta el papel de fiscal, explicó que El juicio de las mariposas pone un espejo a la sociedad en el que se reflejan dos puntos de vista enfrentados, el de la abogada defensora -—interpretado por Cristina Cervera—, que argumentará a favor de la sociedad, y el de la fiscal, que la acusa de genocidio y de crímenes contra la humanidad.

A lo largo de la representación se desarrollarán estas dos visiones opuestas que el juez —representado por Alfonso de Campos— escuchará y que también se verán mezcladas con una «trama familiar», por lo que se moverá entre dos ambientes distintos con una escenografía minimalista, como detalló Aparicio.

un jurado llamado público / Para su creadora, la obra nace de «la necesidad de contar que la sociedad está enferma» y buscará que el público se acerque al papel de jurado, una labor por la que, según el director, deberá «escuchar y reflexionar».

Precisamente, Alfonso de Campos señaló que el trasfondo importante de la propuesta teatral es «que la gente reflexione» acerca de la necesidad de un cambio en la sociedad o sobre si ésta realmente está enferma, entre otros aspectos.

Para Aparicio, se trata de su regreso al teatro después de casi 20 años, un «reto», más si cabe al tratarse de un texto «complicado».

Un elemento que cobra especial relevancia en El juicio de las mariposas es la música, compuesta por Jesús Aparicio, ya que, como expresó Cervera, en la obra no solo se va a ver una serie de reflexiones, sino que también mostrará emociones. A este respecto, la actriz incidió en que el compositor «ha puesto banda sonora» al juicio y recordó que «la queja de la sociedad» también tiene música, ya que «hasta en los funerales se canta».

El director se mostró de acuerdo con el peso de la música en la obra y destacó que el tenor Félix Villaverde ha colaborado en este aspecto con un villancico. Para la escenografía han contado con Javier Arnas, «uno de los grandes», según reconoció Alfonso de Campos.