«Este es un disco mucho más vital y enérgico que el anterior (Señales de humo) y para mí representa un momento personal muy especial en el que tengo las cosas más claras». Así define María José Hernández el tiempo actual por el que está pasando, y que se resume en su último trabajo, Cartas sobre la mesa, que presentó el pasado domingo en Huesca. Le seguirán Barcelona (5 de abril), Mutilva (Navarra, 7), Zaragoza (8 de abril, en el C. C. Delicias), Madrid (10 de mayo) y Bilbao (26 de mayo). Este nuevo disco, su quinto de canciones propias, ha sido realizado junto a los músicos Sergio Marqueta (piano), Dani Escolano (contrabajo), Dani Blesa (batería) y Fernando Girón (guitarras).

-¿Qué tal fue el primer concierto de la gira el pasado domingo?

-Muy bien. El Matadero es un sitio fantástico. He presentado todos mis discos allí y el público es siempre muy agradecido. En Huesca era el primer concierto en el que poníamos a rodar este disco y no ha podido ir mejor.

-Barcelona es la siguiente fecha, ¿qué diferencia hay entre tocar en su tierra y tocar en grandes ciudades?

-Tocar en Barcelona o Madrid siempre te da más respeto, porque a priori das por hecho que te va a conocer menos gente. Pero el público también es muy agradecido y a mí me da la satisfacción añadida de saber que en estas ciudades hay más gente que no me conoce y que sin embargo viene a ver mis conciertos. En general, Barcelona y Madrid siempre me tratan muy bien.

-Ha dicho que este disco es un antes y un después en su carrera, ¿por qué?

-Es un punto de inflexión en lo personal y en lo musical. Desde mi anterior disco de canciones propias, en 2011, he cambiado. Las personas evolucionamos y mal sería si no fuera así. Ahora sé con más claridad lo que quiero y sobre todo lo que no quiero.

-Defiende que sus canciones siguen diciendo verdad a pesar del ‘postureo’ que impera en las redes sociales en la actualidad.

-Mis canciones son una parte de mí, son muy personales. Yo me expreso a través de la música y siento a través de la música. Cuando estoy contenta lo transmito y cuando estoy hecha polvo también. Son un pedazo de verdad porque sé, que para bien o para mal, que quien escucha mis canciones me está viendo a mí como persona. Yo soy muy tímida pero la música me ha dado un mecanismo para poder decir muchas cosas que de otra manera no me hubiera atrevido.

-Ha dicho este es un disco muy femenino, ¿le influye de alguna manera el despertar del feminismo que estamos viviendo?

-No, el espíritu femenino en mis canciones siempre ha estado. Siempre ha sido necesario, y hoy más que nunca. Me da mucha alegría cuando veo que la mujer está dando pasos y ocupando espacios que nunca se le debieron negar. Y también que cada vez son más las mujeres que capitanean proyectos, y que no solo están en la sombra siendo la cara bonita. Me alegra ver que hay músicas, cineastas y pintoras que están poniendo las cartas encima de la mesa. El mundo sería mucho mejor desde el punto de vista femenino.

-Este disco ha sido grabado con todos los músicos en el estudio a la vez, ¿ha sido complicado?

-Ha sido lo más fácil que me he encontrado en la vida. Sé que suena extraño pero ha sido la grabación más sencilla y gratificante de todas las que he hecho. Solo hicimos un ensayo antes de entrar a grabar. Esto no se podría hacer si no contara con unos músicos que son absolutamente excepcionales. Esta forma de grabar recoge esa energía de las personas que estábamos ahí tocando y tiene esa fuerza que a veces les falta a los discos grabados pista por pista. Es como haber grabado un concierto en directo. Me siento súper feliz de haber podido trabajar con ellos.

-A esto se suma la complejidad de autoeditarse sus discos.

-Es más trabajo porque no solo eres la creadora de las canciones. Al final resulta que eso es la parte más pequeña de todo el proceso, aunque parezca mentira. Tienes que controlar muchas cosas que tienen que ver con la producción ejecutiva: eres más un gestor que un artista. Eso hace que cuando sale el disco estés agotada.

-¿Cuál es la ventaja de ser su propia jefa?

-Que uno hace los discos que quiere y cuando quiere, y que de alguna manera uno es dueño de sus errores y de sus aciertos, lo que te da una libertad que no tiene precio.

-En la última gala de la música aragonesa le otorgaron el premio a la mejor canción en lengua autóctona. ¿Cómo fue la experiencia de cantar en aragonés?

-Musicalmente el aragonés es una lengua que funciona muy bien y a pesar de no hablarlo me siento comodísima cantando en aragonés, así que, supongo, en alguna otra vida he debido de hablarlo (ríe). Yo creo que todos los aragoneses llevamos dentro esta lengua.