"Yo tenía 21 años y estaba recién llegado de la Legión. Me monté una empresa de transportes y me ganaba bastante bien la vida. Tenía novia desde hacía cinco años y un viernes por la noche le dije: "Cariño, te vengo a buscar mañana, me voy de juerga con mis amigos". Nacho Vidal, el actor porno más valorado del mundo, protagonista de 1.500 películas y sucesor del mítico Rocco Siffredi relataba ayer en Zaragoza la noche en que se inició activamente en un mundo al que ya era adicto como espectador.

Presentaba en la Fnac el libro Confesiones de una estrella del porno escrito por David Barba, un autor que ha seguido su vida a lo largo de ocho meses "interesado por la relación que tiene este mundo con el poder, la muerte, el deseo, la posesión y la riqueza" y concluir que "el mundo del porno es como el del circo, un espectáculo. Y más conservador de lo que parece", explicó.

Aquella noche de juega fue decisiva: "El sábado por la mañana estábamos en una sauna, donde conocí a una chica de 18 años. Y me invitó a quedarme con ella sin pagar yo nada. Estuvimos hasta el martes. Era el amor, la pasión, como quieras llamarlo... Deje a la novia y empecé con esta chica que se prostituía en plan lujo...".

El le propuso que se retirara y se fuera con su empresa de transportes y ella le sugirió trabajar juntos haciendo porno en vivo. Se presentaron a un cásting en la sala Bagdad de Barcelona, con otras cuatro parejas y ganaron la plaza. "Empezamos a realizar espectáculos juntos para que ella abandonara la prostitución". Allí conoció al entonces director del Festival Erótico de Barcelona, José María Ponce que le dio su primera oportunidad en el cine.

"El mundo del cine erótico en España se vivía muy despacio y por eso me fuí a los EEUU. Pero ya estoy un poco harto del mundo de Hollywood. He hecho mi propia productora para trabajar para los EEUU pero desde España".

Nacho Vidal considera "un absurdo" el escándalo que se ha montado en el sector "por un capullo y un irresponsable" que ha traído el sida de unas vacaciones en Brasil. "El cuarto caso que se da en 35 años de historia del cine porno. hacemos el test del sida cada mes. Creo que hay más riesgos laborales en otros oficios. Tratan de desviar los ojos de la gente de la guerra de Irak hacia esta historia".

Acerca de si el cine porno, al igual que el baloncesto, requieren algún tipo de gigantismo para su práctica, lo que los conviertiría en minoritarios, esta estrella sexual recuerda la proliferación de videopornos domésticos como "igualmente excitantes". El señala que "ahora, con Viagra, han salido pornos debajo de las piedras". Ha llegado a realizar 50 actos diarios para la obra Ciento una y Nacho Vidal que se rodó en dos días y confiesa que "los anabolizantes lo único que consiguen es no empalmar".

Sabe que es muy posible enamorarse de la actriz con la que actúa. "Casi siempre me enamoro de ella visceral y locamente. Este acercamiento crea para mí una gran conexión. Ese creo que es mi secreto".